Los momentos más aciagos, después de dejar la gubernatura del Estado de México, han comenzado para el precandidato presidencial Enrique Peña Nieto. El fin de semana ha sido por demás complicado para enfrentar a la opinión pública, primero por la renuncia de Moreira, después por su confusión en recordar tres libros que han marcado su vida, de ahí vino una serie de ataques a través de redes sociales, y la obra la culminó su hija Paulina Peña, al realizar un comentario discriminatoria y agresivo en su cuenta personal de twitter.
La renuncia de Moreira a la dirigencia nacional del PRI, para algunos, representó una victoria para el PAN. Fue el Gobierno Federal y en particular el ex secretario de Hacienda Ernesto Cordero -hoy aspirante presidencial- quien acreditó los expedientes que documentaban la escandalosa e irregular deuda de Coahuila que asciende a los 34 mil millones de pesos, y que fue el cáncer que derivó en la defenestración de Moreira como presidente del CEN del tricolor. En el relevo, Peña Nieto debió ceder esa posición a Beltrones, quien con maestría empujo la unción del senador Pedro Joaquín Coldwell.
Todavía no acaba de digerir la salida de Moreira, cuando el ex gobernador mexiquense se presentó en el foro de la Feria Internacional del Libro. Al ser cuestionado sobre tres libros que han marcado su vida, fue presa del nerviosismo, algunos otros dicen que víctima de la ignorancia. Lo cierto es que sólo atinó a decir que la Biblia -de la cual sólo ha leído algunos pasajes-; La silla del Águila -autoría de Carlos Fuentes- que atribuyó a Enrique Krauze; y luego divagó, divagó y divagó, para decir que en realidad no ha habido libro alguno que haya marcado su vida. El punto de quiebre estaba dado.
En las horas por venir, la comunidad twittera fue lapidaria con Peña Nieto. Sátiras, burlas y ataques sobre la incapacidad para citar tres libros que hubieran marcado su vida. Parodias sobre libros existentes como «La insoportable levedad del gel». Y algunos chistes como: «Me esta gustando mucho Shakespeare, pero me gustan más las de su hijo Shakespirito» y «Si Maquiavelo escribió «El Principe». ¿Quién escribió «El Principito»? ¿Maquiavelito?». De inmediato el hashtag #LibreríaPeñaNieto se convirtió en uno de los temas más comentados en la popular red social.
En el hartazgo de las burlas y las críticas, por la tarde del domingo Enrique Peña Nieto escribió en su twitter: «Estoy leyendo tweets sobre mi error de ayer, algunos muy críticos, otros incluso divertidos. Agradezco todos. Sigamos trabajando por México». En los próximo minutos que prosiguieron al anterior tweet, desapareció como uno de los temas más comentados el denominado #LibreríasPeñaNieto, que aunque causó sospecha de una posible censura entre los twitteros, había encaminado en la ruta del control de daños el error de Peña de su intervención en la FIL el pasado sábado.
Sin embargo, ya entrada la madrugada del domingo, su hija Paulina Peña reenvió un mensaje al parecer enviado desde la cuenta de su novio. La primogénita del ex gobernador mexiquense escribió: «Un saludo a toda la bola de pendejos, que forman parte de la prole y solo critican a quien envidian». La crisis se agudizó en torno al Peñagate de este fin de semana. Sin duda, quien trabaje en el manejo de crisis dentro del círculo rojo de Peña Nieto deberá hacerlo horas extras para aminorar el impacto dentro de la opinión pública. Los panistas y perredistas brincan de gusto.