Toluca, Edomex; 17 de
octubre de 2024.- Entre los panistas, vaya que se llevan pesado, y eso ha
encendido las alarmas de una posible desbandada de una militancia sumamente
disminuida. En las últimas horas, el dirigente estatal panista se “agandalló”
la designación de las y los secretarios de la burocracia partidista, para privilegiar
a dos grupos políticos: el suyo propio y el del senador de primera minoría. La
exclusión sistemática de las demás corrientes internas se impuso de forma consistente,
como ya ha ocurrido en la repartición de candidaturas, y ahora en un estilo muy
priísta de controlar el partido por tres años más. Es tanta la inconformidad de
algunos militantes, que han rebautizado al panista como Anuarito, en alusión al
presidente nacional del tricolor.
Es de reconocerse que Anuar
Azar no representa ni por asomo la estridencia y la simulada oposición que en
ocasiones enarbola a nivel nacional Alejandro Moreno. Por el contrario, las buenas
formas dominan la dirigencia panista que, también al parecer ha claudicado de
la imperiosa necesidad de ser un freno y contrapeso al poder ejecutivo. Se
extraña aquel panismo de principios de siglo, donde el panismo daba la batalla,
ocupaba la agenda mediática y tenía una dirigencia y una bancada con un
proyecto de gobierno. Hoy solo queda la memoria histórica, y se privilegia la
autocomplacencia y las componendas con el poder público.
Por cierto, el Tribunal
Electoral del Estado de México, instruyó al panismo mexiquense que, la próxima
dirigencia estatal deberá ser encabezada por una mujer. La decisión deriva de
que, en el más reciente proceso de renovación de la dirigencia blanquiazul
-donde se reeligió Anuar-, se interpuso un recurso de apelación en materia de
paridad de género, y aunque no prosperó, sí se determinó que dentro de tres
años sea una mujer quien encabece las filas panistas -si es que todavía queda
registro del partido-. Los malpensados, ya también especulan que entre la
cúpula blanquiazul podría privilegiarse ese nepotismo que tanto se ha empoderado
por los rumbos de Bosque Real.
—————-
De forma suave, pero
eficaz, se puede advertir la operación de Horacio Duarte desde la Secretaría
General de Gobierno. El texcocano busca ejercer su ascendencia política, no sólo
al interior del gabinete estatal, sino también abarcar a la toma de decisiones
dentro del Poder Legislativo. Para tales efectos, no se debe perder de vista al
diputado local, Carlos Martínez Zurita, quien a pesar de ser legislador por
primera ocasión, preside la comisión de puntos constitucionales, por donde
podrían transitar la mayoría de iniciativas de reformas legales que pretenden
incidir con el cambio de régimen político. Lo indiscutible es que su lealtad
está con Duarte, y desde el despacho de la SGG se alcanzaría una enorme
interlocución al interior del Congreso local.