El próximo viernes, el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas visitará la mítica tierra de Atlacomulco, con motivo del segundo informe de actividades legislativas del diputado federal Emilio Chuayffet. Será el escenario propicio para establecer el distanciamiento del que se habla, entre Eruviel y el Grupo Atlacomulco, y en específico con el aspirante presidencial Enrique Peña Nieto. El recibimiento que dé Atlacomulco a Eruviel servirá de balance para las lecturas políticas a que haya lugar.
Durante su campaña, Eruviel Ávila solicitó convertirse en el hijo adoptivo de Atlacomulco. Eran los tiempos del proselitismo. La tierra de Isidro Fabela tenía en Alfredo del Mazo Maza a su favorito para ser el sucesor de Enrique Peña Nieto. La decisión se decantó a favor del Valle de México, en la figura de Eruviel Ávila, quien emprendió una operación cicatriz, que parece haber olvidado tan pronto como asumió la silla todo poderosa de Lerdo 300.´
La insistencia de que Eruviel Ávila se ha desmarcado precipitadamente de Enrique Peña -pese a la aspiración presidencial de éste-; deja al descubierto que el ex alcalde de Ecatepec ha tomado el control absoluto del Estado de México, y para ciertos sectores de la clase política mexiquense, no se han respetado acuerdos, ni se ha dado lugar a las reglas no escritas de respaldo que necesitaría Peña Nieto en su búsqueda por la Presidencia de la República.
La influencia de Chuayffet, en el mandato de Eruviel Ávila, se ha visto mermada sustancialmente. A partir del primer día de gobierno eruvielista dejaron sus puestos en el gabinete Alberto Curi y Marco Antonio Abaid. Ayer se dio también una salida contra los intereses de Chuayffet, con el nombramiento de Jesús Mena al frente del Imcufide, para reemplazar a Carlos Acra. En esa coyuntura, el informe de Chuayffet toma relevancia, y sopesar la relación de Eruviel con los «tolucos».
Ni qué decir del ex gobernador Alfredo del Mazo González. Sus intereses en el gobierno de Eruviel son mínimos. Los más alentadores, señalan como su único canal de interlocución a Manuel Ortiz, el secretario de Agua y Obra Pública. El delmacismo vive una de sus épocas más aciagas en el gobierno del Estado de México. Su grupo político tiene más influencia en San Lázaro -donde operan Alejandro y Gerardo del Mazo- pero bajo emblemas distintos al priísmo. Las puertas del gobierno estatal parecen estar cerradas.
En la estructura del partido la historia no cambia en mucho. La dirigencia y los sectores repartidos entre hombres leales a Eruviel, y distinguidos por su origen en el Valle de México. De esa circunstancia sólo se destacan dos excepciones: Martha Hilda González Calderón -vinculada a Arturo Montiel-, secretaria general del PRI; y Fausto Muciño -ligado a Emilio Chuayffet y Ernesto Nemer, presidente de la Comisión de Procesos Internos.
Por ello es tan simbólica y representativa la visita de Eruviel Ávila en Atlacomulco.
