Toluca, Edomex, 16 de enero de 2024.- Morena no sufre ni se acongoja con la conformación de su alianza electoral en el Estado de México. Al ser la primera fuerza política desde hace siete años, y durante las últimas cuatro elecciones, impondrá sus propias condiciones a los partidos satélite que le acompañan: el Partido del Trabajo y el Partido Verde, están complacidos con las migajas de poder que les puedan compartir sin tener peso electoral.

El gran desafío para los morenistas estará en procesar su definición de candidaturas, a partir de las famosas encuestas que nadie tiene la certeza de que se realicen en cada municipio o distrito. Es tanta la expectativa de triunfo de Morena para este 2024, que se inscribieron cientos de aspirantes a alcaldes y diputados locales, algunos con peso político -que deberán sostenerse en el partido con cualquier incentivo-, y otros más que simplemente se registraron por ocurrencia y sin mayor jerarquía política.

Los mayores factores de decisión será el peso de su propio grupo político, el problema es que todos los aspirantes se dicen cercanos a Delfina Gómez, Horacio Duarte e Higinio Martínez; y otros más, amagan con la inclusión de sus propios equipos con los liderazgos que representan Fernando Vilchis, Raciel Pérez, Juan Hugo de la Rosa, Daniel Serrano y los que se acumulen.

Lo bueno es que en Morena están prohibidos los grupos políticos y las tribus partidistas, aunque en la disputa interna por las candidaturas demuestren todo lo contrario. La queja mayúscula entre todos es que no existe piso parejo para definir las candidaturas, y de eso pueden dar testimonio las candidaturas de Delfina Gómez, Claudia Sheinbaum, o más recientemente Higinio Martínez y Mariela Gutiérrez; pero esa es la democracia de los partidos.

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¿Qué tendría en su agenda la dirigente estatal del PRI, Ana Lilia Herrera el pasado domingo 14 de enero, que fuera más importante que asistir al cierre de precampaña de Xóchitl Gálvez? Y es que a pesar de la difusión en redes sociales acerca del evento masivo en la Arena Ciudad de México, no hay una sola fotografía de la presidenta del priísmo mexiquense en el evento. Es decir, simplemente faltó al evento de precampaña más importante.

Para tratar de ocultar su ausencia, difundió fotografías de la clase política mexiquense, propagó un comunicado de medios acompañado de fotografías donde aparece Alejandro Castro -el secretario general-, pero ella no llegó al mitin político. Un muy mal ejemplo para la militancia de su partido.

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La clase política anda sumamente acelerada con la definición electoral que se avecina. Por ejemplo, en el municipio de Temoaya, Alejandra Amado, difundió en sus redes sociales que se registró desde la semana pasada como aspirante a la candidatura por el Partido del Trabajo. Una situación anticipada, si se considera que el proceso interno de los petistas arrancó esta semana. Sin embargo, Amado confía en que su cercanía con el eterno dirigente Óscar González será suficiente para imponerse como candidato; pero  no es capaz de guardar las formas políticas y los tiempos de su propio partido.

Lo cierto es que la lista de aspirantes aún es larga, y con otros participantes que tienen más posibilidades y mayores méritos; pero el interés de González Yáñez en la vida política temoayense deberá calmar los ánimos.