La versión oficial de la caída del helicóptero del Gobierno del Estado de México en la delegación Coyoacán apunta a una falla mecánica de la aeronave. Desde antes de su despegue en el municipio de Nezahualcóyotl se apagó el motor, sin embargo piloto y copiloto hicieron el vuelo y las consecuencias por todos conocidas fueron de un alto costo político para la administración que encabeza Eruviel Ávila Villegas. Sin duda, la versión que surge en los corrillos de Palacio de Gobierno es que hubo de negligencia de las autoridades de aeronáutica, de la ASE y de los pilotos por emprender el viaje, pese a todo.
Una vez siniestrado el helicóptero en el que viajaba Fernando Alberto García Cuevas, el actual secretario de Desarrollo Metropolitano descendió consciente de la aeronave y envío un mensaje a su secretario particular -que se encontraba en Huixquilucan- para comunicarle del accidente. El funcionario estatal tiene total claridad de cómo ocurrió el desplome del helicóptero, y en breve la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal podría citarlo a declarar para esclarecer el incidente.
Quien ha hecho mutis del acontecimiento es el secretario de Comunicaciones, Apolinar Mena Vargas, quien se supondría, fungiría como el vocero oficial del gobierno mexiquense para informar sobre las investigaciones del accidente, y el estado de salud de los servidores públicos que resultaron heridos. En conclusión, quien debía comunicar se ha encapsulado en un «sospechosista» silencio. Mientras que el área de comunicación social sólo se han dado escuetos «partes médicos» sobre el estado de salud de los funcionarios que debieron ser hospitalizados.
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La fracción de Diputados Federales del Estado de México ha acordado «cobijar» al ex gobernador de la entidad, Emilio Chuayffet Chemor -Presidente de la Mesa Directiva- tras los embates de los que ha sido objeto durante las últimas semanas, en todas y cada una de las sesiones ordinarias sin excepción. Parece que el ex secretario de Gobernación ya trae pleito casado con los legisladores Gerardo Fernández Noroña y Porfirio Muñoz Ledo quienes lo tildan de autoritario, arrogante y soberbio en su actuación.
En el seno de los diputados federales mexiquenses se percibe que el Grupo Parlamentario del PRI ha dejado morir solo a Chuayffet. Lo cierto es que las actitudes de Chuayffet no han sido las más democráticas. Por el contrario, ha mostrado su preferencia hacia los diputados de su fraccíón legislativa, aunado a que, al interior del PRI hay muchos grupos que se dividen entre los peñistas, los beltronistras, los afines a Paredes y otros a Moreira, y cada uno de esos sectores prefiere no sudar calenturas ajenas. ¿Y la unidad?
Emilio Chuayffet se volvió Trending Topic el pasado martes en la red social twitter. Los twitteros le recordaron la matanza de Acteal, lo calificaron por decir lo menos -como un mercenario de la política-; lo vincularon directamente con el proyecto presidencial de Peña Nieto, y echaron por la borda los discursos de un nuevo PRI. En síntesis, Chuayffet pagó los platos rotos de la oposición priísta a la reelección legislativa, la revocación del mandato y los candados a la consulta y la iniciativa ciudadana.