Toluca, Edomex. 15 de septiembre de 2016.- Tomás Zerón de Lucío fue una de las creaciones ministeriales del consentido Alfredo Castillo Cervantes, cuando éste se desempeñó como Procurador de Justicia del Estado de México. Fue junto con al actual titular de la Conade uno de los creadores de la inverosímil indagatoria sobre la desaparición y muerte de Paulette Gebara, encontrada en la piesera de su cama. La investigación no convenció absolutamente a nadie y derivó en la renuncia de Alberto Bazbaz, y el ascenso de Castillo y Zerón a costa del escarnio pública de quien los invitó a trabajar a tierras mexiquenses.
Castillo y Zerón trabajaron con el impresentable secretario de Seguridad Pública del calderonismo, Genaro García Luna. Con el arribo de la élite mexiquense al Gobierno de la República, Zerón fue designado como titular de la Agencia de Investigación Criminal. Desde ahí, encabezó otra investigación cuestionable sobre la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, y creó la hipótesis de su incineración en un basurero. La indagatoria reprobada por grupos científicos y académicos le costó el cargo al titular de la PGR, Jesús Murillo Karam.
Tras la defenestración de Murillo, la carta fuerte de Peña para ocupar la PGR era Zerón, sin embargo enfrentó un enorme obstáculo: no ser abogado. Zerón es licenciado en administración industrial pero los avatares de la vida lo condujeron a una trayectoria policíaca. La única recomendación de Peña Nieto a Arely Gómez, quien se convirtió en titular de la PGR en marzo del año pasado. En la víspera de que se cumplan dos años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Tomás Zerón renunció a su cargo. Ahora Gómez asumirá el costo político de las semanas por delante.
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Muy desesperado anda el secretario de Salud mexiquense, César Gómez Monge para insertarse en la baraja de aspirantes a la gubernatura estatal. A casi cuatro años de haber sido designado titular de Salud, César Gómez Monge no levantó siquiera para convertirse en alcalde de su natal Naucalpan, pero ahora usa su cargo para promocionar logros institucionales y posicionar su imagen. La estrategia diseñada en redes sociales podría implicar una violación al Artículo 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que prohíbe el uso de programas y acciones gubernamentales para difusión personalizada.
Gómez Monge es uno de los hombres que guarda los afectos del gobernador Eruviel Ávila, pero su difusión podrían caer en responsabilidad al mismo titular del Poder Ejecutivo de la entidad. César no se ha distinguido por ser brillante pero sí por su habilidad para vincularse con la clase gobernante, desde los tiempos en que Isidro Pastor lo impulsó a la alcaldía de Naucalpan en 2003 con apenas 18 años, y perdió 2 a 1 frente a la panista Angélica Moya. Desde entonces, el autollamado “niño candidato”, ascendió en la pirámide de poder.
Ante la salida de Luis Videgaray de la Secretaría de Hacienda, y la vulnerabilidad de José Manzur como una carta fuerte de Eruviel Ávila a la candidatura priísta, parece que el mandatario mexiquense ya se refugia en dos aspirantes: la secretaria de Educación, Ana Lilia Herrera; y el secretario de Salud, César Gómez Monge. Los cargos de mayor promoción asistencialista, detrás de la Secretaría de Desarrollo Social. La desesperación ha alcanzado a algunos aspirantes.
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