Toluca, Edomex; 15 de
agosto de 2023.- Falta un mes para que concluya el sexenio de Alfredo Del Mazo.
También se trata del final de una era, y eventualmente el desenlace de un
régimen político que se extendió por 94 años. La cuenta regresiva definitiva ha
comenzado. En un acontecimiento inédito, el Estado de México será gobernado por
una mujer, y por un partido distinto al PRI. Nada es para siempre, ni siquiera
el triunfo morenista. El ocaso priísta no es resultado de un sexenio: los excesos
y la frivolidad vienen de más atrás.
Tras la elección por la
gubernatura, la ausencia de gobierno ha sido más profunda. El gobernador
Alfredo Del Mazo ha limitado su presencia política sustancialmente. Los actos
públicos ya resultan esporádicos. El declive del poder público ha tocado a su
puerta. El delmacismo no desaparecerá de un plumazo. El Grupo Atlacomulco
entrará en una etapa de recomposición, y principalmente de reconstrucción. Los
exgobernadores y sus grupos políticos ya defienden sus privilegios y sus intereses.
La encomienda será regresar para el 2029.
El priísmo deberá
aprender a ser una oposición. Evitar la beligerancia que ha llevado a Alito
Moreno de fracaso en fracaso. Abandonar la complacencia que desdibuja la
identidad partidista e ideológica. Es urgente construir liderazgos -que no sean
los mismos de siempre- para pensar en que puede tener un buen candidato para el
2029. Tener en el corto plazo una propuesta de gobierno como parte de una oposición
política y no sólo partidista. Prohibir a sus alcaldes y diputados los abusos y
los malos gobiernos para recuperarse de la defenestración electoral. Trabajar
desde hoy, en la elección del 2024.
La transformación no
será inmediata, ni siquiera hay certeza de que habrá ajustes estructurales perceptibles
para los más de 17 millones de mexiquenses. Delfina Gómez concentra la esperanza
de cambio no sólo de más de tres millones de electores que le dieron su voto,
sino de muchas décadas de quienes empujaron la vida democrática. La clave para
un buen gobierno va más allá de voluntades políticas. Para alcanzar las
expectativas, el morenismo tiene dos elementos en su contra: el limitado
presupuesto y el tiempo para cumplirlas
Ganar la elección de
gobernadora no era el objetivo, sino apenas el camino para alcanzar la
transformación. No será sencillo consumar las promesas de campaña, pero sí debe
evitar en lo inmediato, la corrupción y el despilfarro. Hay la percepción de
que habrá impunidad, porque así se construyen los pactos políticos. No habrá
cacería de brujas. Incluso, habrá un sector de la alta burocracia que
permanecerá en el barco, porque se creen indispensables para que la maquinaria
funcione. El desgate de poder viene por delante.
No es un asunto menor,
pero Delfina Gómez apenas compartirá el ejercicio de gobierno con el presidente
Andrés Manuel López Obrador, durante un año y quince días. Es muy probable que
los restantes cinco años, pueda cogobernar con otro mandatario o mandataria
emanada de Morena, pero ya nada será igual sin el liderazgo moral del tabasqueño.
Los primeros doce meses resultan fundamentales para el gobierno morenista que
encabezará Gómez Álvarez. La elección de su gabinete marcará el destino de la
eficacia o del fracaso.
Cometarios a contacto@planamayor.com.mx