Toluca, Edomex. 16 de febrero de 2016.- A partir de este lunes, se tiene previsto que cientos de burócratas del gobierno del Estado de México retomen sus actividades normales. Desde hace tres semanas, toda la estructura gubernamental estuvo distraída en la organización de la misa que encabezó ayer domingo el Papa Francisco en Ecatepec. Muchos permanecieron por más de 20 horas en condiciones complejas para garantizar la logística de la ceremonia religiosa que reunió a poco más de 300 mil feligreses.
En redes sociales, cientos de policías se pronunciaron en contra del trato que recibieron en los últimos días para salvaguardar la seguridad ante la presencia del Obispo de Roma en tierras mexiquenses. Por un periodo de tres días fueron reclutados en Ecatepec, con comidas deplorables que se limitaban a una pieza de pan y un jugo, sin dormir y sin bañarse, con el propósito de mantener vigilado el predio en donde se efectuó la misa. Pese a las denuncias, del gobierno mexiquense sólo prevaleció un silencio con tufo de responsabilidad.
La principal responsabilidad de la seguridad del evento corrió a cargo del Estado Mayor Presidencial, de quien también hubo registros de un trato autoritario para las personas que asistieron a la misa. Muchas personas debieron asistir con doce horas de anticipación para esperar la celebración eucarística realizada en Ecatepec, en la que se dispuso de toda la estructura gubernamental para la organización logística del evento. El Estado laico se desdibujó en las últimas semanas.
Lo que no pudo faltar, fue la actividad recurrente en redes sociales. Eruviel Ávila presumió el recibimiento dado al Papa Francisco a su tierra natal, Ecatepec. Al mandatario mexiquense se sumaron el alcalde de Ecatepec, Indalecio Ríos y el presidente de la Legislatura Estatal, Cruz Roa Sánchez. Ambos publicaron sus fotografías con el Obispo de Roma a través de sus redes sociales personales. Junto con ellos, aparecieron en algunas fotografías la legisladora local, Patricia Durán Reveles y el presidente del Poder Judicial estatal, Sergio Javier Medina Peñaloza. En la misa, hizo presencia Francisco Guzmán, Jefe de Oficina de la Presidencia de la República.
En tanto, el gran ausente en la visita del Papa Francisco a Ecatepec, fue la alusión a este municipio como uno de los más violentos del país, en el que año con año ocurren desapariciones y asesinatos de mujeres. Una de las localidades marcadas por la delincuencia común y el crimen organizado. El Obispo de origen argentino fue omiso en sus declaraciones públicas, a un asunto de absoluta preocupación para la población mexiquense. Francisco prefirió un discurso políticamente correcto antes de incomodar a sus anfitriones.
En una muestra de la importancia que juegan los mexiquenses, en el empoderamiento del país, ayer la única voz autorizada para dar la bienvenida al Papa Francisco fue el obispo de Ecatepec, Óscar Roberto Domínguez Couttolenc, quien reconoció que en este lugar se experimenta la pobreza, la violencia, encarnando el dolor de los que sufren por la corrupción, el hambre, la miseria”. Muy de cerca, también se pudo advertir la presencia de Carlos Aguiar Retes, obispo de Tlalnepantla y uno de los hombres más influyentes dentro de la Conferencia del Episcopado Mexicano, dada su cercanía con el presidente Enrique Peña Nieto.
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