Toluca, Edomex; 14 de febrero de 2023.- Las campañas electorales pondrán a prueba la eficacia de las alianzas electorales que, de manera separada han establecido la priísta, Alejandra del Moral; y la morenista, Delfina Gómez. Lo cierto es que, cada una ha tenido intereses contrapuestos para formalizar sus convenios de coalición y candidatura común hacia las elecciones del 4 de junio.
Alejandra del Moral, y el priísmo en general, asumen que la única condición para volverse competitivos, era mediante una coalición con panistas y perredistas. Y estos por su parte, también reconocen que esta unión inédita, es la forma de mantenerse vivos en el espectro electoral del Estado de México. Sin embargo, una vez que inicien las campañas, lo mejor deberá estar por venir.
Es sumamente extraño, por no decir que adverso a sus orígenes, la posibilidad de que PAN y PRD hagan campaña a favor de una priísta en una elección por la gubernatura mexiquense. La mayor incógnita será la aportación de votos que tendrán el panismo y el perredismo, cuando en esa apuesta, se han desdibujado ideológicamente, y muchos simpatizantes no estarán dispuestos en arropar al partido que siempre buscaron vencer. Ese apoyo no será incondicional.
En el discurso de campaña, Del Moral deberá ser más aguerrida. Es difícil pensar qué tipo de propuestas puede generar quien representa al partido que ha gobernado la entidad, durante los últimos 93 años. Un desmarque del gobierno actual parece necesario, pero insuficiente para ganar adeptos. El discurso del cambio con rumbo, suena a Labastida en tiempos de desesperación. Mucho más complejo, creerse la historia de que tiene afectos por panistas y perredistas.
Por parte de Morena, el propósito de su candidatura común con PVEM y PT, es evitar que aparezcan más de tres candidatos en las boletas electorales. Entre menos opciones al momento de ir a las urnas, menos posibilidades de atomizar el voto antisistema; lo que podría decantarse a su favor, en un estado que desconoce la alternancia electoral. Morena, por sí sólo encabeza las encuestas electorales, pero busca contener las simulaciones de los partidos satélite.
Ahora bien, la aportación del PVEM y PT parece sumamente marginal. Será la primera ocasión en que PVEM vaya como voto opositor al PRI, desde 2003, y su capacidad de movilización electoral tendrá una prueba de fuego. Mientras el PT, ha sobrevivido como una franquicia minúscula, que poco alimenta las estructuras partidistas. Es decir, el 80 por ciento de los electores que voten por Delfina Gómez, será en función de las simpatías que alcanza el partido guinda.
Delfina no cambiará un ápice el tono de su discurso. Representa la alternancia electoral, por encima de cualquier propuesta. El voto antisistema juega a su favor, y replicará ese mensaje contra el viejo régimen que tanto le ha funcionado a Morena en 22 entidades del país, durante los últimos cinco años. Si acaso, pondrá por delante la civilidad política y la buena convivencia que tiene el gobierno federal con el mandatario actual, Alfredo Del Mazo. Es el único pacto.
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