OFF THE RECORD 13-09-2024
Toluca, Edomex; 13 de
septiembre de 2024.- El Estado de México parece alistarse a la reforma judicial,
pero a nivel local, una circunstancia que podría ejecutarse para el 2025. Hay
elementos para pensar que no habrá avasallamientos del régimen. Hay señales
para advertir que no habrá omisiones ni alevosía. Todos los actores políticos
tienen -en la reforma federal- una lección de lo que no debe suceder ni deben permitirse.
Hay claroscuros que deben rescatarse y otros evitarse. El Poder Judicial es
perfectible en muchos ámbitos.
Elías Rescala,
coordinador de la bancada priísta, ha lanzado un guiño para considerar que hizo
falta debate y opiniones de todas las fuerzas políticas, incluso, del propio
Poder Judicial. Desde Morena se ha abierto la puerta para realizar foros legislativos.
Involucrarse de origen, podría construir una reforma en donde las minorías
legislativas se hagan escuchar, y para que los trabajadores del Poder Judicial
realicen sus propias iniciativas. El bloque opositor debe transitar del no
rotundo, a una bisagra de consensos y acuerdos.
Para el mes de enero de
2025, está programada la renovación en la presidencia del Poder Judicial del
Estado de México. Para entonces, no habrá ni por asomo una reforma a nivel
local, por lo que su elección deberá tratarse conforme a las formas legales y
políticas siempre acostumbras por las élites de la alta burocracia judicial. Lo
cierto es que su nuevo titular podría no durar cuatro años en el cargo, porque
en el corto plazo, se advierten los ajustes legales que llevaría a la elección
de magistrados y jueces en el ámbito estatal.
Ricardo Sodi ha logrado
una capacidad de adaptación política con el régimen morenista. Su pretensión
está encaminada a incidir en el futuro de corto plazo en el Poder Judicial.
Cuidar los intereses y los privilegios de la burocracia judicial. En la coyuntura
actual, ya no hay opiniones uniformes ni construcciones políticas homogéneas al
interior del Tribunal Superior de Justicia. La reforma judicial se ha
politizado, y eso deslegitima que posiciones personales puedan asumirse como posturas
institucionales. Son los nuevos tiempos del régimen político.
———————
Paola Jiménez se robó los
reflectores de la aprobación de la reforma judicial. Vergonzoso el revanchismo
personal de Melissa Vargas quien jamás la pudo sumar a su campaña fallida por
la alcaldía de Toluca. Aníbal González se convirtió en el chivo expiatorio -de
la dirigencia estatal- para emprender la expulsión contra la diputada sin
partido. El PRI en Toluca está sumido en una crisis política, y en su peor momento
-por la herida que les ha causado Raymundo Martínez-, expulsa a su única
legisladora. Vaya manera de resquebrajarse.
Y por si esto fuera
poco, Alejandro Moreno y Carolina Viggiano tienen un pie afuera de la
dirigencia nacional del PRI. Si esto se consuma, todos deberían advertir que el
control del priísmo podría tomar un nuevo rumbo, y que la toma de decisiones
pueda asumirse a larga distancia, desde Madrid, España. ¿Alguien recuerda
aquella felicitación a Claudia Sheinbaum a través de X?