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OFF THE RECORD 13-01-2025

 

Toluca, Edomex; 13 de enero de 2025.– Una aguda crítica se viralizó el viernes pasado, con la fotografía en que Delfina Gómez estuvo acompañada por los exgobernadores priístas Alfredo Del Mazo, Arturo Montiel, Eruviel Ávila y César Camacho. Sólo hizo falta Enrique Peña Nieto -quien reapareció también el fin de semana desde Egipto en redes sociales- y Emilio Chuayffet, que prácticamente ha desaparecido de la escena pública. Las componendas políticas son parte de ese proceso de democratización, y de la supuesta transformación que ha logrado adaptarse entre la clase gobernante de Atlacomulco y la de Texcoco.

 

Hace un par de años, la militancia priísta se sintió traicionada con la supuesta entrega del poder político del que responsabilizaron al delmacismo. Luego vino la búsqueda de impunidad por Eruviel Ávila que se vistió de ecologista. A la distancia, ahora es la militancia y los simpatizantes morenistas, quienes sienten que se ha claudicado en la transformación del Estado de México. La forma es fondo, y la cercanía entre priístas y morenistas va más allá de una fotografía, ahí está la connivencia de una clase gobernante a la que llaman el PRIMOR.

 

La cortesía política no es permisible en tiempos de alternancia política, acusan. El ascenso al poder de Morena ha decepcionado a algunos sectores, porque desde los tres ámbitos de gobierno -federal, estatal y recientemente en muchos municipios- se ha reclutado a priístas y panistas para desarrollar la tarea de gobierno. La terca memoria debería recordar aquellos ríspidos debates del 2017, cuando Del Mazo y Delfina compitieron por la gubernatura. Pero ambos han preferido rememorar el buen trato político que ambos tuvieron en el 2023.

 

Alfredo Del Mazo sigue sin ser embajador ni tener cargo en el gabinete federal. Eruviel Ávila ya es diputado federal y defensor del proyecto político morenista. Enrique Peña vacaciona la mitad del año con la frivolidad y extravagancia que estigmatizó a su gobierno. Arturo Montiel mantiene su interés por incidir en la vida interna del priísmo. César Camacho observa la prevalencia de su grupo político, no está retirado políticamente. El Grupo Atlacomulco se ha replegado, pero el partido no los determina. La sobrevivencia de su grupo político está sujeta a su capacidad de adaptación con el partido gobernante.

 

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La sucesión del rectorado de la Universidad Autónoma del Estado de México se ha acelerado. No hay duda de que habrá una primera rectora en la UAEMex. Las más mencionadas por orden alfabético Laura Benhumea, María José Bernáldez, Eréndira Fierro y Patricia Zarza. De ese puñado podría surgir quien suceda a Carlos Barrera a mediados del mes de mayo. Los exrectores -priístas todos, y ahora algunos con Morena- tienen sus propios intereses, y han comenzado a mover sus piezas, sus influencias y sus posibilidades para la elección.

 

 

Todas las que aspiran, de no lograrlo, están dispuestas a ser parte del gabinete universitario para los próximos cuatro años, o lo que es lo mismo, no todas saben que pueden, pero están dispuestas a la negociación política posible.

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