Toluca, Edomex. 12 de enero de 2016.- A pesar del panorama desolador que se contempla para el presente año, el gobierno de Eruviel Ávila no se acongoja con las reducciones presupuestales, en tanto que en el Estado de México avanzan obras de infraestructura de alto impacto. Ahí está el Tren México – Toluca, la autopista Lerma – La Marquesa y el aeropuerto internacional de Texcoco. Las primeras dos grandes obras, podrían ser inauguradas por el actual mandatario, que dejará su encargo en septiembre del próximo año. Serán 18 meses de trabajos a marchas forzadas para garantizar una despedida de amplio impacto.
No es casual que la secretaría de Infraestructura sea encabezada por el principal operador político del eruvielismo, el originario de Oaxaca, Erasto Martínez. Desde esa dependencia se analizan los proyectos que podrían desarrollarse en un plazo de 18 meses, que permitan a Eruviel tener un cierre de sexenio de grandes obras. En ese marco, se proyecta el teleférico que se ejecuta en Ecatepec, y que podría ser terminado a finales de este año. Ahí también se instala la remodelación del Teatro Morelos en Toluca, y obras carreteras en la zona de Texcoco y Atlacomulco. Nada es coincidencia.
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Aunque el clero insiste en que la visita del Papa Francisco a México no se trata de un asunto político, el financiamiento para que el obispo de Roma viaje a nuestro país, se apoya fundamentalmente en recursos públicos. Por si fuera poco, al menos el gobierno mexiquense ya trabaja en el remozamiento de la imagen urbana de las zonas que recorrerá el jefe de la Iglesia Católica desde el Distrito Federal hasta Ecatepec. Las acciones de mejora se asemejan a la ocasión cuando Barack Obama estuvo en Toluca, sólo se hacen obras cosméticas de relumbrón para un recorrido de poco más de 8 kilómetros.
Si bien no se trata de un evento político, quienes ya tienen un lugar asegurado en la misa que oficiará el Papa Francisco en Ecatepec son Eruviel Ávila y los integrantes del gabinete estatal; así como autoridades municipales de los 125 ayuntamientos. Ávila busca concitar un grupo compacto como demostración de su músculo político. La visita del Papa Francisco reunirá en un mismo escenario a alcaldes de diferentes ideologías partidistas, de diferencias políticas, pero con la conveniencia que representa estar presente en el máximo escaparate mediático.
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Hay una condición que exige que los alcaldes recién inaugurados sean mucho más responsables en su manejo financiero. Existe la posibilidad que en medio del desaseo hacendario que encontraron en sus tesorerías municipales, sigan con su administración por los próximos tres años. Es decir, ante la eventual reelección a su favor, sería un riesgo insano e irresponsable, apostar por seguir endeudando el municipio, pues el costo político y presupuestal podrían cargarlo no por tres sino por seis años. Esa es una primera circunstancia que hace positiva la posible reelección.
Por lo que hace a las finanzas actuales, siguen acumulándose los problemas presupuestales para quienes van entrando. Proveedores que reclaman sus pagos, trabajadores que exigen renovar sus contratos eventuales, edificios u oficinas arrendadas que exhiben más deudas, pasivos de luz y agua potable que simplemente hacen inviables los proyectos de gobierno. Y muchos alcaldes que hoy son diputados federales o locales, otros más que ya encontraron nuevo encargo en diversas áreas de la administración. No hay nada nuevo, pero los nuevos tiempos exigen cambiar lo que parece normal.
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