Toluca, Edomex. 11 de agosto de 2016.- La connivencia entre el poder político y el poder económico siempre ha existido, sin embargo no siempre ha sido algo benéfico, favorable o positivo. Hoy más que nunca, la conjunción de intereses entre las élites políticas y económicas ha develado cadenas de corrupción, particularmente exhibiendo al Grupo Atlacomulco, lo que ha lacerado su credibilidad y aceptación social. Hoy Peña Nieto enfrenta la pesadumbre de su riqueza inmobiliaria de la mano de sus relaciones con los hombres del dinero.
Juan Armando Hinojosa es parte de una trama política de resultados indeseables. Tras el escándalo de la Casa Blanca, el empresario tamaulipeco ha optado por guardar el bajo perfil y ha sido sacrificado de las grandes obras y licitaciones, con las que fue beneficiado en el primer tercio del gobierno peñista. Juan Armando brincó a la fama pública pero defenestrado por ser el constructor y vendedor de la casa de Angélica Rivera y de Luis Videgaray en condiciones preferenciales, incomparables con cualesquiera hipoteca bancaria.
A la distancia, Emir Garduño Montalvo -mejor conocido como Lord Rolls Royce- hoy está acusado de lavado de dinero, en una acusación severa que involucra a sus socios comerciales que no son más que políticos enquistados en el poder, y que han usado a Emir durante años como su presta nombres. Emir ha respondido con severidad, al advertir que fue proveedor de las campañas electores de Peña Nieto y Eruviel Ávila hacia la gubernatura mexiquense. La punta de la madeja podría desencadenar historias negras de figuras públicas en la cúspide.
A propósito de políticos enriquecidos al amparo del poder, este jueves se cumplen 15 años de la muerte de Carlos Hank González, el jerarca del mítico y siempre desmentido Grupo Atlacomulco. Su riqueza abundante, y otras veces insultante, pudo tener la bonanza necesaria por negocios financiados desde el poder político. En las instituciones de gobierno, Hank encontró una mina de oro para crear empresas constructoras, transportistas, comercializadoras.
Hank fue precursor como pocos del conflicto de interés, heredó el gusto por el dinero a la clase gobernante que hoy permanece en el ejercicio del poder. El hankismo tiene amplio poder de influencia en lo económico. Y con un puñado de políticos, identificados con el Profesor de Santiago Tianguistenco, todavía tienen la injerencia necesaria para incidir en el proceso sucesorio próximo. La supervivencia de los negocios hankistas en territorio mexiquense dependen en gran medida de su cercanía con el próximo gobernador en casa. Origen es destino.
La lista de empresarios mexiquenses hoy beneficiados con el poder presidencial es larga: Ahí están los Alcántara, los Hinojosa, los Hank, los Peralta, los Maccise, los Monroy, siempre identificados con el Grupo Atlacomulco, y hoy convertidos en principales proveedores del gobierno federal, no necesariamente por sus mejores condiciones económicos o la calidad de sus servicios o productos. Hoy han ascendido a la cúspide del poder, por formar parte de la misma élite política y económica mexiquense. Aunque la normalización de su conducta no sea moral o legalmente correcta. El linchamiento mediático lo evidencia.
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