Toluca, Edomex. 11 de julio de 2016.- La estrategia electoral de Morena, que encabeza Andrés Manuel López Obrador, contempla ir sin alianza con algún partido político. Para Andrés Manuel, resulta imprescindible medir su crecimiento y capacidad de movilización electoral en el Estado de México, con sus más de once millones de votantes, aunque eso implique asumir una derrota. En su estratagema, Morena no acepta ir en coalición con PRD, cuyo partido ha criticado hasta la saciedad, por formar parte de la mafia del poder.
La apuesta de Morena es conquistar conciencias, y reclutar operadores políticos hoy cautivos en las filas perredistas, petistas y de Movimiento Ciudadano, que se puedan sumar a su favor en la elección de junio del próximo año. En el proyecto presidencial de López Obrador, la importancia de la elección mexiquense transita por posicionarse y perfilar sus mecanismos de movilización para la votación por la Presidencia de la República en 2018.
A pesar de concitar intereses y corrientes ideológicas dentro de la izquierda, Alejandro Encinas no estaría dispuesto a contender otra vez por la gubernatura mexiquense. Encinas no tiene interés en la aventura electoral como un salto al vacío. La condición de participar es que todos lo apoyen, PRD-PT- MC y Morena, lo que es algo más que difícil de concretar. Su lealtad política está con López Obrador, quien lo hizo jefe de gobierno del extinto Distrito Federal y senador por el Estado de México, y si su postulación genera rompimiento con Andrés Manuel no esta´ dispuesto a asumir ese costo. Es tal la cercanía de Encinas con Morena que su hijo, del mismo nombre, actualmente trabaja en la Delegación Cuauhtémoc que gobierna Ricardo Monreal.
El PRD tiene tres vías rumbo a los comicios mexiquenses: pueda optar por una alianza de facto con Morena para apoyar el proyecto lopezobradorista, que lo dejaría muy rezagado electoralmente; una segunda condición es construir una alianza con PT y MC, en una verdadera aventura sin que eso lo haga competitivo; o apostar su futuro a una alianza formal con el PAN, sin que hasta ahora exista un candidato fuerte, donde puede ganar mucho, pero también perderlo todo.
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Ricardo Aguilar, exprecandidato a la gubernatura mexiquense, ha fustigado la candidatura de Enrique Ochoa Reza a la dirigencia nacional del PRI. A través de su cuenta personal de twitter, el también exdirigente estatal priísta ha cuestionado la militancia de Ochoa y su ungimiento para presidir al partido en el poder. Sin guardar la disciplina característica del PRI, Aguilar recrimina el ascenso del itamita Ochoa, a partir de rencillas añejas que sostiene con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien es considerado impulsor de Enrique a la cabeza priísta. Aguilar y Videgaray mantienen desencuentros que se remontan al proceso electoral de 2011 en el Estado de México.
El hoy subsecretario de Alimentación, Aguilar Castillo ha rememorado a Luis Donaldo Colosio y a Jesús Reyes Heroles para lanzar sus arengas en contra de Enrique Ochoa. Sin mencionarlo por su nombre, Ricardo aludió al proceso interno priísta. De la memoria colosista, reparó sobre la «supuesta militancia» de Ochoa, que ha sorprendido a los propios priístas. Del legado de Reyes Heroles, fue contundente: «La forma es fondo». Aguilar buscaba insertarse en la sucesión por la gubernatura mexiquense, pero el dominio de Videgaray desde el PRI nacional desvanece cualquier lejana aspiración.
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