Toluca, Edomex; 11 de enero de 2023.- La última aparición pública del expresidente Enrique Peña en el Estado de México, fue hace cuatro años, el 11 de enero de 2019, durante los funerales del exgobernador, Alfredo Del Mazo González. Desde entonces, el exgobernador mexiquense se exilió en Madrid, España, y decidió guardar una distancia y un absoluto silencio, respecto de la vida política de la entidad y del país. Su más reciente exposición fue a través de redes sociales, en el mes de julio del año pasado, para mostrar su disposición a esclarecer la denuncia presentada en su contra por enriquecimiento ilícito.
A la distancia, su grupo político parece también aislado. En el escenario nacional, de quienes estuvieron en su gabinete sólo prevalecen las voces de Miguel Ángel Osorio y Claudia Ruiz Massieu, como figuras de resistencia con Alejandro Moreno. Del nivel de subsecretarios y directores generales, en la entidad sobrevivieron apenas un puñado. Los casos de Ernesto Nemer -hoy desaparecido de la escena-; además de los diputados federales, Ricardo Aguilar y Laura Barrera, quienes tendrán encomiendas en la sucesión electoral.
De facto, también se espera la intervención de Erwin Lino, secretario particular.
Peña Nieto ya no pudo cumplir la promesa de vivir su retiro político en su estado natal; el que gobernó entre 2005 y 2011, y le permitió el ascenso a Los Pinos.
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Al cuarto para las doce de comenzar el tiempo de precampañas electorales, de forma inusitada el PRI mexiquense realiza ajustes en sus estructuras municipales. Ayer, Alva Ibarra rindió protesta como nueva presidenta del comité priísta en Metepec; en sustitución de Jonathan Pichardo, quien tenía apenas cinco meses al frente de esta encomienda. Sin motivo aparente, el tricolor parece aún dubitativo, cuando en la acera de enfrente ya hasta tienen coordinador de campaña; y otras encomiendas electorales asignadas.
Lo cierto es que, en Morena tampoco tienen todas las tareas resueltas. Ahí, los comités municipales son ambiguos. El argumento, siempre emotivo, consiste en que el morenismo no es un partido, sino un movimiento que tiene una presencia amplia que no requiere de la verticalidad de los políticos de siempre. Lo cierto es que, esa falta de organización le ha cobrado factura en más de una elección. Quizá, esa sea la razón por la que, ya se han asignado encomiendas a los liderazgos políticos, a los alcaldes, y a los diputados federales y locales.
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El resto de los partidos, tienen menos organización, mucho menos presencia, y estructuras todavía más endebles. Por eso, en prácticamente todos los casos -salvo Movimiento Ciudadano que participará en solitario-, la apuesta es aliarse con priístas y morenistas, para tener posibilidades de alta competencia, en la elección del 4 de junio.
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