Toluca, Edomex; 10 de octubre de 2024.- El año entrante, la expectativa de transformación para el Estado de México es enorme. El objetivo primordial era alcanzar este 2024, una mayoría dominante en la Legislatura local y en los Ayuntamientos, una condición que se logró y de sobra. Con esa encomienda a su favor, hay condiciones para reformar legal y estructuralmente lo que simplemente está obsoleto o está al borde del colapso. Esa sería la conclusión tras la comparecencia de Horacio Duarte ante el Congreso mexiquense. Es ahora o nunca, el cambio de régimen político que tanto se prometió en campaña.

A esa coyuntura hay que sumar la renovación de encargos institucionales y otras por designación de los diputados que surgirán en los próximos meses, en donde se incluye el Poder Judicial, la UAEMex, el Osfem, y posiblemente hasta la Codhem. En todos los escenarios posibles, Morena buscará incidir para favorecer a su clase política. El verdadero clivaje político del estado deberá ocurrir en los próximos meses, aunque eso no se refleje en una situación inmediata para sus habitantes. La clase priísta que sobrevive en el espectro de la autonomía puede ir haciendo maletas.

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Suena muy alentador para el Estado de México, los planes de atender rezagos históricos para la zona oriente. Lo que parece muy desolador es que, en apariencia, nuevamente el sur del estado se deja al olvido. Durante los gobiernos priístas, los grandes planes también abarcaban las enormes zonas metropolitanas; y el norte de la entidad de donde era originaria gran parte de la clase gobernante. Sin embargo, la tierra caliente mexiquense -dada su extensión geográfica y su poca densidad poblacional-, nunca ha sido una prioridad.

Basta con revisar las giras de trabajo de los últimos cuatro gobernadores priístas para verificar su desmemoria con el sur del estado. También se podría acudir al registro histórico para ver los eventos de campaña de los hoy senadores mexiquenses en esa región de la entidad. Un dato más: el lugar de origen de integrantes de los últimos cinco gabinetes -incluido el actual-, para identificar que también hay muy pocos que sean sureños. Las expectativas para los restantes cinco años del gobierno estatal no son muy favorables.

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Si alguien está interesada en que se resuelvan en definitiva todas las impugnaciones relacionadas con las elecciones locales, esa es Ana Lilia Herrera. Una vez que se dé por concluido el proceso electoral mexiquense, estará en condiciones de que se emita la convocatoria para renovar la dirigencia estatal priísta, donde está encaminada a ser electa estatutariamente por sus afines, con el arropo de la dirigencia nacional que encabeza Alejandro Moreno.