Toluca, Edomex. 10 de abril de 2017.- Andrés Manuel López Obrador es el coordinador de campaña de Delfina Gómez, y es el gran benefactor del proselitismo de Morena. Más allá del resultado que obtenga la exalcaldesa de Texcoco, lo importante para Andrés Manuel es evaluar su organización política rumbo a los comicios presidenciales de 2018. La candidatura de Delfina en solitario es altamente vulnerable. Aunque su crecimiento ha resultado inusitado, la ausencia de López Obrador se refleja incluso en el escaso poder de convocatoria. La campaña no será un día de campo para el morenaje.
Josefina Vázquez Mota ha tenido que convocar a los liderazgos nacionales de su partido para hacer campaña. Ahí está Ricardo Anaya, Santiago Creel y Xóchitl Gálvez. Por encima de los discursos, lo que prevalece es que la élite panista local le hace un vacío permanente a Josefina. Por ningún lado aparecen los Durán, los Núñez Armas, los Bravo Mena y los Juan Rodolfo. La militancia no siente identificación en su candidata, y se nota en sus mítines. Vázquez Mota no conecta lo suficiente con el panismo mexiquense.
Ya pasó una semana, y Alfredo del Mazo sólo registra un breve recorrido por Los Portales de Toluca. En el equipo de campaña, se denota un desdén indeseable para la capital mexiquense. Por si fuera poco, Del Mazo tampoco ha pisado Atlacomulco, la tierra emblemática del grupo político al que pertenece. A una semana de campaña tampoco ha recibido arropo de los precandidatos desplazados en la contienda interna ni de los exgobernadores. Con suspicacia, se advierte que Alfredo se ha quedado solo.
A pesar del esfuerzo por demostrar unidad, el perredista Juan Zepeda falló en el intento. Ayer en Neza, sólo estuvo acompañado por Miguel Mancera y Silvano Aureoles. Fue notorio el vacío de Arturo Núñez y Graco Ramírez. A la fecha, tampoco ha logrado zanjar las heridas con Javier Salinas y Eduardo Neri. Quien se juega gran parte de su legitimidad en la elección mexiquense es la dirigente nacional perredista, Alejandra Barrales. La desbandada hacia Morena podría contaminar a la militancia mexiquense.
Lo que sí ha ganado en la primera semana de proselitismo es el hartazgo social hacia la clase gobernante. Ningún candidato se ha salvado de los reclamos y los reproches. Todos han recibido el clamor de hastío y descontento. La falta de credibilidad hacia sus gobernantes es un elemento de coincidencia entre los diversos sectores sociales. Ahí sí ha permeado la unidad, y es un síntoma de que el gran vencedor de la contienda de junio podría ser el abstencionismo.
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