Toluca, Edomex; 9 de diciembre
de 2024.- Cuando podría pensarse que el PRI no tendría capacidad de ir más al
fondo, Alito se reinventa y lo hace posible. En una acción premeditada desde
hace muchos meses, impuso oficialmente a Cristina Ruiz como presidenta del
priísmo local. Una figura sin ascendencia política ni carrera partidista de alto
impacto. Tampoco tiene vínculo con los exgobernadores; y su meritocracia
electoral es nula. Lo único que ha cumplido Alito, es el capricho personal de
que Cristina Ruiz dirija un partido en ruinas, con una militancia extraviada y
una derrota abultada en las urnas de junio pasado.
El premio de consolación
a Brenda Alvarado es inexplicable. Perdió la elección al Senado de la
República. Sus vínculos políticos con Eruviel Ávila deberían tenerla excluida
de la toma de decisiones del partido. Es cierto, fue víctima de la concesión
que hizo el priísmo nacional para ceder la primera fórmula senatorial mexiquense
al panista del ring. Ahora, será comparsa del control político que ejercerán
mancomunadamente Alito Moreno y Cristina Ruiz. El PRI más robusto del país,
entrará al tobogán que han sido tocados por el campechano.
La gran derrotada es Ana
Lilia Herrera. Salió por la puerta de atrás que, en estricto sentido, fue la misma
por la que se impuso como dirigente estatal desde el pasado 20 de diciembre. El
dirigente nacional del PRI demostró una vez que incumple todo acuerdo político.
Y si le había prometido su permanencia en el comité estatal por cuatro años
más, esto quedará en el olvido de las componendas partidistas. Tampoco pudo ser
senadora plurinominal. Quien permanece como lastre del comité nacional es Jorge
Meade, quien poco sabe y reconoce a la clase priísta mexiquense, y es su mayor
victimario.
No menos importante es
advertir que el priísmo del Valle de Toluca ha sido desplazado, a pesar de que
es aquí donde mantiene sus mayores bastiones electorales. En los pasados
comicios ganó en Lerma, Zinacantepec, Mexicaltzingo y San Mateo Atenco; pero
resulta que la nueva dirigencia tiene su basamento en Naucalpan y Ecatepec,
donde el PRI se ha desdibujado gracias a la defenestración de los exalcaldes
priístas. Ahí se muestra el desconocimiento de la dirigencia nacional por la clase
gobernante mexiquense.
Y ahora que se ha designado
a Cristina Ruiz como mandamás del PRI mexiquense, cuyo mayor propósito es detentar
el control de la nómina y las prerrogativas del partido, va siendo hora también
de retirar los nombramientos de Daniel Sámano, Rodrigo Falcón y todo aquello
relacionado al grupo político de Ana Lilia Herrera.
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El músculo político de
Michelle Núñez está afuera de Morena. La alcaldesa de Valle de Bravo convocó a
su tercer informe de gobierno al excandidato presidencial, Jorge Álvarez Máynez;
lo mismo que a Karla Cortés -la esposa del exgobernador Arturo Montiel-. Y aunque
la michoacana, presumió en sus redes sociales, su asistencia a las tierras
vallesanas y su fotografía con Máynez, horas más tarde la borró. No perder de
vista que Núñez cada vez está más lejos de tener una sana relación morenista, y
manda señales equivocadas.
