Toluca, Edomex. 9 de marzo de 2015.- Hace más de quince años, el Valle de Toluca experimentó el ascenso de una cruenta violencia vinculada con el penal de máxima seguridad, entonces conocido como La Palma -hoy del Altiplano-, ubicado en Almoloya de Juárez. El encarcelamiento de líderes del narcotráfico y secuestradores derivó en el asentamiento de familiares y abogados de los criminales, que con el tiempo se evidenció en ejecuciones en municipios metropolitanos de la capital mexiquense. En el futuro inmediato, las circunstancias podrían replicarse bajo el mismo motivo.
Los sexenios de los gobernadores Arturo Montiel y Enrique Peña se caracterizaron por una exigencia unánime: la reubicación de la cárcel federal, bajo el argumento de que su localización había suscitado una serie de homicidios dolosos, y un clima de violencia indeseable. Hoy, el gobierno federal en manos de Peña Nieto parece haber olvidado el reclamo histórico, y han convertido a la cárcel almoloyense en la reclusión por antonomasia del actual sexenio. Y el gobierno de Eruviel Ávila permanece omiso.
En los últimos trece meses, el penal de Almoloya de Juárez ha recibido tres inquilinos que condimentan un pronóstico desolador para Toluca y sus alrededores. Joaquín “El Chapo” Guzmán se encuentra encarcelado en tierras mexiquenses desde febrero del año pasado. La semana pasada se sumó Servando Martínez “La Tuta”, líder de los Caballeros Templarios. Y en horas recientes tocó el turno para Omar Treviño Morales, El Z-42. Con esas condiciones por delante, no debiera extrañar un enrarecimiento del clima social en la capital mexiquense y su zona metropolitana, como ocurrió hace más de una década y por los mismos motivos.
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Miguel Ángel Contreras Nieto se convirtió en el tercer personaje en ocupar dos carteras distintas en el gabinete de Eruviel Ávila. Los primeros dos funcionarios que ya habían desempeñado en dos distintas secretarías fueron Carlos Cadena y Cruz Roa, quienes realizaron un enroque en los primeros años del eruvielismo, intercambiando funciones entre la secretaría del trabajo y la del medio ambiente. Contreras Nieto ocupó hace algunos meses la procuraduría de justicia estatal, y el fin de semana fue nombrado titular del Medio Ambiente.
Curiosamente, la propia Secretaría del Medio Ambiente ya suma tres diferentes secretarios en menos de cuatro años: Carlos Cadena, Cruz Roa y Contreras Nieto. Otras dependencias con tres funcionarios en el actual sexenio son la Secretaría General de Gobierno con Nemer, Efrén Rojas y Manzur; la extinta Secretaría de Seguridad Ciudadana con Salvador Neme, Rocío Alonso y Damián Canales; la Secretaría del Trabajo con Cruz Roa, Carlos Cadena y Javier García Bejos; y la Procuraduría General de Justicia con Alfredo Castillo, Contreras Nieto y Alejandro Gómez Sánchez.
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Para los mexiquenses interesados en incorporarse al gabinete federal, y que por extraña razón no están en el círculo presidencial, hay dos vacantes por razones electorales. Ahí están los casos de la subprocuraduría jurídica, a la que debió renunciar Mariana Benítez Tiburcio; y la subsecretaría de desarrollo social, que dejó acéfala Javier Guerrero. Ambas siguen sin ser ocupadas, y tanto Arely Gómez como Rosario Robles están a la espera de instrucción, con la más conveniente sugerencia para que sus respectivos lugares sean ocupados por designación presidencial.
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