Toluca, Edomex. 9 de febrero de 2016.- El gobierno de Enrique Peña sufrió una nueva sacudida, para tener tres cambios de áreas estratégicas, que parecen más un reciclaje por conservar el poder en la élite gobernante cercana al Grupo Atlacomulco. El enquistamiento de un puñado de familias, en donde el poder político se comparte entre los mexiquenses y el salinismo, sin mayores alcances para el resto de la clase política del país. Los nombres de siempre en toda la cartera del poder público. Especialistas en todo que lo abarcan sin límites.
José Narro asumió la Secretaría de Salud, era una designación cantada desde su salida como rector de la UNAM. Narro regresa al poder priísta, en donde gozó de poder durante el zedillismo. Sigue los pasos de otros, como Jorge Carpizo, que fue titular de la PGR y la Segob, tras su cumbre universitaria. En tanto, el peñismo cumple con un guiño a sectores intelectuales del país, aunque Narro es visto con gran escepticismo por su inocultable cercanía al poder.
José Antonio González Anaya, Pepe Toño, es un funcionario federal con una carrera en ascenso político sin ataduras partidistas. Lo mismo ha trabajado para gobiernos panistas que priístas. Sus grandes responsabilidades públicas llegaron de la mano del calderonismo, en donde fungió como subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, que encabezaba el hoy titular de la Sedesol, José Antonio Meade. González Anaya ayer fue nombrado director general de Pemex, al tiempo de abandonar la titularidad del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Pepe Toño, como lo conocen sus amigos del gabinete, es hijo de José Antonio González Pereyra, un importante contratista de Pemex -paraestatal que ahora dirige su primogénito-. Además, Anaya es concuño de Carlos Salinas de Gortari, al estar casado con Gabriela Gerard, hermana de Ana Paula, la segunda esposa del expresidente de México. La carrera de Anaya comienza como asesor de Ana Paula Gerard, cuando ésta fungía como secretaria técnica del gabinete económico del salinismo, hace más de veinte años.
Mikel Arriola, es otro tecnócrata que arrancó su carrera política en el calderonismo pero logró sobrevivir al peñismo rampante. El último presidente panista lo nombró como titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), cargo en el que ratificado en diciembre de 2012. Desde ayer fue designado como director general del IMSS. Antes, trabajó en Financiera Rural, Banrural y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Dos aspectos deben analizarse: La salida de Emilio Lozoya en medio del escándalo que envuelve a OHL, para cuya empresa Lozoya trabajó hace seis años, cuando la española hizo jugosos negocios con el gobierno mexiquense y Enrique Peña era gobernador. Además de la remoción de Mercedes Juan, una de las pocas mujeres del gabinete peñiste, al que sobreviven en la primera línea Rosario Robles, Claudia Ruiz Massieu y Arely Gómez. La equidad de género queda como asignatura pendiente.
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