Toluca, Edomex; 8 de octubre de 2024.- El proceso sucesorio del PAN es una señal inequívoca del extravío de la oposición. La unción de Jorge Romero es previsible como futuro dirigente nacional, sin que eso marque agenda alguna entre la opinión pública. Incluso, para los votantes antimorena, lo que sucede al interior del priísmo y el panismo es de absoluta decepción, porque sólo es una continuidad de las malas burocracias partidistas que han desdibujado al bloque opositor durante los últimos seis años.

Los acuerdos de unidad que tanto se presumen en las cúpulas panistas son reflejo de componendas políticas para que la toma de decisiones se mantenga intacta entre los cacicazgos estatales. Al panismo le urge mandar un mensaje de apertura a la militancia, aunque está claro que quien no está con las dirigencias es marginado de las candidaturas y las posiciones de privilegio. El ambiente festivo en el proceso panista es de autocomplacencia frente al fracaso.

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La zona oriente del Valle de México podría detonar una buena racha de obras de infraestructura y mejores servicios públicos. Ya en el discurso de inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum se dieron pistas de que ahí, vendrá un programa especial durante el sexenio federal. A eso debe sumarse, que prácticamente todos los alcaldes responden al mismo partido político, lo que supondría facilitará la gestión de recursos y hasta la coordinación de tareas de gobierno.

La concurrencia de Delfina Gómez y Clara Brugada, al frente de los gobiernos del Estado de México y de la Ciudad de México, también marcan un precedente único: ambas fueron alcaldesas en Texcoco e Iztapalapa, lo que incide en que en esa región tengan sus afectos, pero además, reconozcan que los mayores índices de marginación y la densidad poblacional de ambas entidades. Al proyecto del gobierno federal, habrá que sumar la voluntad política de Delfina y Brugada en donde se supondría tienen su mayor capital electoral.

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Paulina Moreno será sin duda, la comparecencia que atraiga mayor expectativa entre la clase política mexiquense. Es la funcionaria que menos huella digital presenta cuando se teclea su nombre en buscadores de internet y redes sociales. Además, es después de Andrés Andrade, es la secretaria que mayores resistencias ha generado entre los morenistas mexiquenses tras su designación en el gabinete estatal. Pese a todo, ha mantenido su posición y se dice, se ha ganado la confianza de quien toma las decisiones en el gobierno mexiquense.

En las últimas semanas, más allá de incidir sobre su permanencia en el gabinete, ya también ha comenzado a arrastrar el lápiz, porque está muy próxima la presentación del proyecto presupuestal 2025, que será el primero que refleje las prioridades de la gobernadora Delfina Gómez. Lo que supondría un nuevo escaparate para entrar en diálogo con los diputados oficialistas y de oposición.