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OFF THE RECORD 08-05-2024

Toluca, Edomex; 8 de mayo de 2024.- Pase lo que pase en las elecciones del 2 de junio, quienes tendrán la mayor presencia en Ayuntamientos y en la Legislatura local, serán Morena y PRI, en ese orden, y no se trata de hacer pronósticos sobre quiénes ganarán en las urnas. El diseño de sus convenios electorales está construido para ratificar a Morena como primera fuerza electoral, y al PRI en la segunda posición. Ya sea por la cantidad de candidaturas que encabezan, o bien, por la distribución de votos acordados en las candidaturas comunes. El PRIMOR dominará la toma de decisiones y el mayor número de gobiernos municipales de los mexiquenses.

 

El panismo tiene asegurado ser tercera fuerza electoral. Eso también se reflejará en su presencia en el Congreso local. De poco servirá que arrase en sus mayores bastiones electorales; en otros municipios ha prácticamente desaparecido, en razón de su coalición con su antagonismo priísta. Por lo mismo, no podrá tener más alcaldes ni más diputados que Morena o PRI, porque el techo de su peso político ya fue determinado por el tricolor. El triunfo sólo será discursivo.

 

Quien ha tenido el mejor margen de negociación para esta elección es el Partido Verde Ecologista; por primera vez en su historia podría ganar diputados de mayoría relativa, producto del empuje morenista y del reclutamiento de expriístas y expanistas que podrían darle la mejor bancada para su trayectoria.

 

Del PRD, sus expectativas están encendidas en conservar el registro como partido político. Llegar a una bancada de cinco diputados sería una victoria para sus burocracias partidistas. Están en una condición de riesgo de vida; obligados por las circunstancias, debieron aceptar una coalición desventajosa. Su mayor expectativa está en ganar regidurías, donde algún día fueron la primera fuerza electoral, y parecían imbatibles, incluso frente a la otrora maquinaria priísta.

 

El Partido del Trabajo, a pesar de sus pugnas internas, de su nulo trabajo territorial y hasta de la defenestración electoral, se mantendrá con vida en el Estado de México. Y para lamento de sus militantes, Óscar González volverá a ser diputado local, con los vicios políticos de no ser el más productivo del Congreso mexiquense. Poco importan ser la última fuerza electoral, mientras él mantenga sus privilegios de burocracia dorada. Ese será su triunfo personal.

 

A pesar de que Movimiento Ciudadano y su candidato presidencial Jorge Álvarez Máynez han generado amplias expectativas en diversas partes del país, en el Estado de México el partido naranja parece destinado a sostener una participación testimonial para los comicios del 2 de junio. Durante los últimos años, el dirigente estatal Juan Zepeda ha estado ausente de un trabajo territorial que permita pensar en un resultado diferente. Su mayor ascendencia política se reduce a Nezahualcóyotl; y su referente político volverá a ser Tepotzotlán, donde incide más el dominio electoral de los Zuppa en el municipio. El empuje del movimiento naranja le alcanzará para conservar el registro partidista.

 

En el resto del Estado de México, las campañas de aire y por tierra del Movimiento Ciudadano son prácticamente inexistentes. En el imaginario colectivo no hay siquiera identificación de quiénes son las candidaturas de MC para las alcaldías o diputaciones locales. Sin embargo, su golpe de suerte puede ocurrir en cerca de 40 municipios, donde la competencia se reduce a tres competidores, y pueden alcanzar un número de regidores histórico, producto de las circunstancias de la contienda y no de su trabajo electoral. Desde ahí, Juan Zepeda y su dirigencia, presumirá un triunfo que resultará un espejismo.

 

 

 

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