Naucalpan, Edomex; 7 de diciembre de 2021.- Un ejemplo claro de que la alternancia en el poder no es la solución a los malos gobierno lo expone Naucalpan, hoy sumido en un quiebre financiero, escándalos políticos y un colapso de los servicios públicos. Aquí, en la última década han encabezado el poder priístas, panistas y morenistas con los mismos resultados. Tampoco hay altas expectativas hacia el futuro, con el desastre administrativo que se acumula durante los últimos años a causa de los excesos de la clase gobernante.
Hace algunos meses, el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM) ordenó ejecutar un procedimiento resarcitorio en contra de la exalcaldesa priísta, Azucena Olivares, por incumplir el pago de salarios y prestaciones para trabajadores sindicalizados, mediante el embargo de bienes inmuebles. Ella gobernó Naucalpan en el trienio 2009-2012, y derivado de diversas imputaciones se estima un daño patrimonial de 279 millones de pesos.
La mala fama de sus gobernantes continuó en el trienio 2013-2015. El alcalde con licencia, David Sánchez Guevara acusado de peculado, tras acreditar que pagó 408 mil pesos por la construcción de un andador que no se realizó. Tras dos años y cinco meses en prisión, pagó un monto de 5 millones 824 mil 896 pesos por concepto de resarcimiento de reparación del daño material, y logró su liberación. Su carrera política quedó sepultada por los escándalos personales.
Hacia 2016, el Partido Acción Nacional regresó al gobierno municipal por conducto de Edgar Olvera, quien enfrentó diversos escándalos concluido su trienio. Fue acusado por la actual presidenta municipal, Patricia Durán del desvío de 30 millones de pesos que debían haber ingresado a las arcas municipales por vía de los parquímetros autorizados en el trienio panista. También se abrió una investigación en su contra por el desfalco de 200 millones de pesos, derivado de diversos contratos celebrados con una empresa dedicada a la gestoría de recursos con el gobierno federal, cuya actividad se encuentra fuera de la ley.
En 2018, el efecto López Obrador llevó a Morena al Palacio Municipal. Cuando faltan 24 días para que concluya el gobierno de la morenista Patricia Durán, los problemas financieros han eclipsado al Ayuntamiento ante el incumplimiento de pago en las nóminas de trabajadores, el adeudo de prestaciones para empleados sindicalizados; hace algunos meses fue suspendido el suministro de la energía eléctrica por diversos adeudos; y la lista de pasivos crece incesantemente.
A partir del mes de enero, el PAN estará de regreso bajo el mando de Angélica Moya -quien gobernó esta ciudad entre 2003 y 2006- y enfrentará un panorama sombrío por los pasivos que heredará y porque no tendrá una varita mágica para revertir el daño patrimonial acumulado de las últimas décadas.
El problema de Naucalpan se réplica en decenas de municipios del Estado de México sin capacidad de pago para finales de año. El colapso administrativo no se ha generado en los últimos tres años, y deriva de la irresponsabilidad de alcaldes anteriores y de los actuales; pero sobre todo, de la impunidad para castigar a los responsables de acrecentar los pasivos de gobiernos municipales.
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