Toluca, Edomex; 7 de noviembre de 2022.- El pasado sábado, los diputados federales mexiquenses se reunieron con la dirigencia priísta que encabeza Eric Sevilla, en la sede estatal de la capital mexiquense. En el encuentro, se registraron dos ausencias: Ana Lilia Herrera y Carlos Iriarte; ambos legisladores han sido sistemáticamente segregados del sexenio delmacista. Ambos, se opusieron a la candidatura de Alfredo Del Mazo hace seis años; y hoy, han mostrado una ruptura ante la inminente postulación de Alejandra del Moral.
Herrera e Iriarte han mandado señales de estar más cerca de la autoexclusión, por encima de la unidad. Los amagos son permanentes y estratégicos.
A estas alturas, en el proceso de 2004 y hasta por menos, el gobernador en turno ya instrumentaba, a su manera, la expulsión de Isidro Pastor del priísmo.
Por más esfuerzos del tricolor para mostrarse como un partido renovado, resulta un contrasentido que los “encuentros con la sociedad”, encaminados para elaborar su plataforma electoral -por parte del Instituto Reyes Heroles- hayan retratado a sus liderazgos más longevos. Ahí desfilaron Otto Granados; Beatriz Pagés y Beatriz Paredes. Sólo le faltó Gutiérrez Barrios y Arturo Durazo para completar un cuadro de un priísmo anquilosado, y al borde del precipicio.
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En ese proceso de cicatrización, si el partido se encuentra rebasado; ahora más que nunca se requerirá de la operación política desde la Secretaría General de Gobierno. Lo cierto es que, hasta ahora, Luis Felipe Puente mantiene la estructura que le fue heredada por Ernesto Nemer, y eso dificultará en demasía tender lazos de diálogo con quienes han sido desplazados en el sexenio.
Se trata de hacer una evaluación, desde los gabinetes regionales, y las direcciones de gobierno; para afinar las mesas políticas -tanto con las dirigencias como con los liderazgos sociales-, en la víspera electoral del año entrante. Sin embargo, hasta ahora, no se advierte el interés por ajustar las áreas de gobierno y garantizar la operación política que requerirá el fin del sexenio.
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Enrique Peña Nieto, exgobernador de la entidad y expresidente de México, permanecerá como residente legal de España, al menos hasta el año 2027. En la víspera, se ha revelado que, desde el pasado 5 de octubre, renovó la conocida como visa dorada, un documento exclusivo que le permite a grandes inversores radicar en la nación ibérica. El mexiquense disfruta de su estancia por Europa.
A pesar de las investigaciones que cursan en su contra, acusado de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito; en una reciente entrevista para el diario español El País, el exmandatario se dice confiado en demostrar el origen legal de su patrimonio. Lo cierto es que, se ha rehusado a visitar México, incluso para atender asuntos familiares, como la boda de su hija Paulina, hace unos meses.
Peña Nieto, advierte que se mantendrá lejano a la vida pública del país, como una muestra de respeto al tiempo de gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Y eso, parece incluir su exclusión de cualquier injerencia política en los comicios de 2023 -en su tierra natal- y en el 2024; para dejarle paso libre a la 4T.
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