OFF THE RECORD 06-06-2023
Toluca, Edomex; 6 de
junio de 2023.- Los partidos políticos, todos sin excepción, fracasaron en su
intento por convencer al electorado de salir a las urnas. Un 50 por ciento de
abstencionismo refleja el hartazgo social que atraviesa la población con
respecto a la clase gobernante. No existen incentivos ni estímulos reales -por
encima de las dádivas clientelares que inciden en las clases bajas-, que
promuevan un voto libre. Sin contar que, existen cientos de presuntos
operadores políticos que han hecho de las elecciones, un modo de vida para
sacar beneficios económicos o materiales, sin demostrar su eficacia.
En la resaca de la
derrota, la militancia tricolor ha optado por la salida fácil. Construir en el
imaginario colectivo de que la responsabilidad es del mandatario actual. Prefieren
voltear a otro lado, para no reconocer que hubo cientos de priístas que
hicieron campaña de brazos caídos. Se habla mucho de actitudes traicioneras
desde el régimen, pero nadie pone en reflexión en todos aquellos que saltaron
del barco, cuando todo se hundía: Efrén Rojas, Rafael Osornio, Mauricio Valdés,
Adolfo Solís, Karim Carvallo, Luis Miranda Barrera, Martín Vázquez, Sergio
Saldaña, y cientos más que se vistieron de guinda o verde.
Entre las reflexiones
finales de la elección del domingo 4 de junio, se debe asumir que el Salario
Rosa -o no era un programa clientelar o resultó un fracaso rotundo-, porque por
ningún lado se reflejaron las 700 mil beneficiarias en la votación a favor del
PRI. En el peor de los casos, pese a los millones de pesos y cientos de días
dedicados al programa insignia, ni siquiera sirvió para mejorar la evaluación
popular a favor del gobernador en turno. El responsable del mismo, Eduardo
Flores ejerció una coacción innecesaria, o al menos, ineficaz.
¿Dónde quedó la Red
Vargas? Juan Pedro García no pudo elevar la votación del panismo en el Estado
de México. El capital político que prometió a su jefe político resultó una
farsa que le costó al blanquiazul millones de pesos, que tampoco tuvieron un
efecto positivo en las urnas. El bastión electoral del PAN se mantiene en el
poniente del Valle de México, y no responde a estructuras partidistas. Su
presencia en el resto del estado es marginal; su esfuerzo proselitista sólo fue
testimonial, porque estuvo muy lejos de cumplir con lo comprometido.
No todo puede ser positivo
incluso en la victoria. En un primer balance para Morena, se advierte que ya
tuvo algunos efectos el desgaste en el poder, particularmente de los panistas
que adoptó como alcaldes en el 2018. Muestra de ellos es que el PRIAN ganó en
Toluca, Naucalpan, Atizapán de Zaragoza y Metepec, donde gobernaron Juan
Rodolfo Sánchez, Patricia Durán, Ruth Olvera y Gabriela Gamboa. Ahí, la oleada
morenista no alcanzó para ganar la elección.
En la víspera, el
Tribunal Electoral del Estado de México (TEEM), determinó que la diputada
federal priísta, Melissa Vargas, incurrió en violencia política en razón de
género en agravio de la futura gobernadora, Delfina Gómez, puesto que, a través
de sus redes sociales, promovió estereotipos sexistas, cuyos mensajes tuvieron
la intención de demeritar la imagen pública de la entonces candidata y su
trayectoria política, y con ello pretender la construcción de que era incapaz
para ser gobernadora del Estado de
México, particularmente por ser mujer. Y pensar que era la responsable de la
protección de las mujeres al inicio del sexenio. La Cámara de Diputados Federal
será responsable de sancionarla.
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