OFF THE RECORD 05-09-2023
Toluca, Edomex; 5 de
septiembre de 2023.- Andrés Manuel López Obrador está irreconocible. Aquel
dirigente de la izquierda mexicana que despotricaba contra la corrupción del
Grupo Atlacomulco, hoy se muestra como el principal aliado político del último
heredero del otrora bastión priísta. Atrás quedaron los días de la
animadversión, para hoy consolidar una alianza política, un pacto de impunidad,
o bien, un entramado indescifrable que ha hecho impredecible el futuro de la
mancuerna AMLO – Alfredo Del Mazo. Los tiempos han cambiado.
Alfredo Del Mazo tiene
una realidad que lo rebasa. Esta cordialidad entre López Obrador y Atlacomulco,
quizá tenga su antecedente inmediato en la entrega de la banda presidencial por
parte de Enrique Peña Nieto. El priísta no hizo el mínimo intento por regatearle
su triunfo en el 2018. A la distancia, Del Mazo supo tener una lectura política
para adaptarse a una circunstancia adversa. Y en el peor de los escenarios
posibles, ser quien entregue el mandato a un partido distinto al que perteneció
su abuelo y su padre. Nada es para siempre.
El priísmo está desolado
y resquebrajado. Alcaldes y diputados federales hicieron el vacío en el último
acto político encabezado por el gobernador. Han decidido manifestar su
descontento, a partir de su ausencia. Incluso, aquellos que se decían
institucionales, han expresado su molestia. El delmacismo tiene claridad quiénes
son los hombres y mujeres más leales; quiénes apoyaron su ascenso al poder público,
y quiénes estarán ahí para cuando llegue el momento de apagar las luces, cerrar
la cortina y entregar las llaves del Palacio de Gobierno.
Las loas de Alfredo
hacia Andrés Manuel fueron excesivas y absolutamente innecesarias. La
displicencia del mexiquense con el tabasqueño ha calado hondo entre los priístas
locales. Hay enojo entre quienes asumían que el gobierno era una añadidura del
priísmo. Hay coraje entre quienes se quedarán sin empleo en un plazo de diez
días. Todavía no superan el amargo trance de la derrota. Se murió la oposición
con la presencia del primer mandatario en Toluca. Falta por ver la toma de
protesta de Delfina Gómez, con López Obrador como testigo de honor. Si Hank viviera,
se volvería a morir, se susurra con ironía.
Hasta la noche del
domingo, podría pensarse en que Alfredo Del Mazo había cumplido su capricho
personal de ser gobernador y preparar su retiro político. Después del mensaje
por el informe de gobierno, hay una profunda incertidumbre hacia adelante. El priísta
evitó dar pistas sobre su futuro profesional, pero abrió la puerta para
mantenerse vigente; incluso fuera de su partido. El afecto con Andrés Manuel y
con Claudia Sheinbaum, simplemente es inocultable. Su fractura con grandes
sectores del PRI, es irreconciliable.
El PAN y el PRD han
decidido seguir con la alianza electoral, pero tampoco son proclives al
suicidio político. El discurso envalentonado sólo es una simulación de la
batalla electoral. La esencia de sus liderazgos será de colaboración con
Delfina Gómez. Morena ha dejado de ser un peligro para el Estado de México,
para convertirse en el partido del que dependerá su sobrevivencia política. Delfina
no solo asumirá la gubernatura mexiquense, sino un liderazgo a nivel nacional
derivado del poder político que acumula el Estado de México.
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