Toluca, Edomex; 5 julio de 2022.- La principal preocupación social, que también sirve como parámetro de las encuestas electorales, se concentra en la inseguridad pública. Un tema que podrá ser usado como una acusación mutua de la muy profunda polarización que se vivirá en las campañas del año entrante.
Por un lado, el gobernador Alfredo Del Mazo que ha incumplido con su promesa de campaña de combatir a la delincuencia común, particularmente de aquellos delitos que cotidianamente ocurren en el transporte público. La instalación de videocámaras que sólo terminó por evidenciar la violencia y la impunidad, y cuyo programa ha sido dejado en el abandono por la Secretaría de Movilidad.
Por otra parte, la política de abrazos y no balazos, defendida por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, pero que en la estadística no ha reducido la incidencia criminal, lo que se evidencia con la cifra de asesinatos relacionados con la delincuencia organizada, principalmente en la región sur del estado.
Esas parecen algunas pistas de lo que será la campaña electoral del 2023, en donde prevalece el evadir las responsabilidades institucionales, sin importar el partido político del que se trate, y echar al olvido las promesas de la campaña.
Los nuevos candidatos volverán a prometer una mayor seguridad para todos.
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El Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) está obligado a tener una absoluta vigilancia respecto de las encuestas que se realizan con miras a las elecciones de 2023. A pesar de que ni siquiera ha iniciado el proceso electoral, en el Valle de Toluca se elabora una encuesta vía telefónica en la que se consulta abiertamente si el votante reconoce a un exalcalde del Valle de México como precandidato de su partido, (cuando es evidente que no existen precampañas).
Visto de otro modo, las encuestas hoy en día funcionan como un subterfugio de posicionamiento personal (como los miles de espectaculares que proliferan como supuesta propaganda de revistas), que pudieran estar contraviniendo los tiempos, las formas y, por tanto, las reglas de la normatividad electoral.
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La campaña morenista por la gubernatura del Estado de México se verá fortalecida en 2023, con la presencia del dirigente nacional Mario Delgado; y de las corcholatas presidenciales, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard, quienes incluso, tendrían regiones asignadas de operación.
Pero en la eventual alianza prianista, causa extrañeza quién podría sumarse al proselitismo mexiquense. Está claro que, ni Alejandro Moreno ni Marko Cortés pasan por su mejor momento entre la militancia de sus partidos, con todo y que los aspirantes a la gubernatura les brinden su respaldo moral y discursivo.
En el peor de los males, el priísmo se habrá quedado sin gobernadores de peso moral para arropar el proselitismo mexiquense; y en el panismo, tampoco se ven condiciones para que algunos gobernadores pudieran llegar al Estado de México.
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