OFF THE RECORD 05-06-2023
Toluca, Edomex; 5 de junio de 2023.- El PRI del Estado de México sucumbió en un acto histórico. La alternancia electoral fue posible por el empuje de Morena, y la candidatura de Delfina Gómez. Luego de 94 años del mismo régimen priísta, el voto masivo y de castigo, arrastró al fracaso electoral a su candidata, Alejandra del Moral. Ni siquiera la alianza con sus adversarios del PAN y del PRD, pudo evitar la catástrofe
en la entidad más poblada del país.
La proyección de la votación a favor de Delfina Gómez se contempla en 3 millones 400 mil sufragios; esa cifra es casi el doble de lo conseguido hace seis años en la elección por la gubernatura, cuando sumó un millón 800 mil votos. Ese crecimiento exponencial se explicaría por tres factores fundamentales: el capital político del presidente, Andrés Manuel López Obrador; el aparato de gobierno tanto federal como municipal que operó lo suficiente este domingo para contribuir a la victoria; y finalmente, la mala reputación del PRI, cuya marca debe ser repensada hacia el futuro inmediato de cualquier elección.
En la victoria de Delfina Gómez, muchos buscarán asumir la paternidad del éxito electoral, particularmente Horacio Duarte, como coordinador de campaña; además de Higinio Martínez, delegado de Morena en la entidad. Y en el río revuelto, hasta Óscar González y José Couttolenc, del PT y PVEM, exigirán su espacio en el poder público. A esa ecuación se sumarán el resto de las corrientes internas como Mariela Gutiérrez, Juan Hugo de la Rosa, Fernando Vilchis, Daniel Serrano. No habrá gobierno que alcance para tanto compromiso político.
Como todo gobierno de alternancia electoral, la candidatura de Delfina Gómez ha dejado muy altas las expectativas de los votantes. Lo cierto es que, desde Palacio Nacional ya le han diseñado un plan de 100 días para que lo ejecute a la brevedad y pueda tener un alto posicionamiento, y legitimarse incluso con algunas fracciones que hayan votado en su contra. Sin embargo, si no satisface con prontitud, podría desbocarse en la vorágine de la clase política.
En contraparte, en la derrota de Alejandra del Moral, nadie asumirá su responsabilidad. Lo más preocupante es que, para el PAN, PRI y PRD, no les queda más que permanecer juntos: si aliados no pudieron ganar, en solitario menos podrían ser competitivos. Pero más allá de las instituciones, se debe revisar el rol personal de quienes contribuyeron por omisión o negligencia en el fracaso del prianismo. Y de ahí, tomar decisiones hacia el 2024.
Alejandra nunca se sintió cómoda con las piezas que le impusieron: Eric Sevilla y Alejandro Ozuna estaban ahí forzados. Y los que escogió como su equipo mostraron su impericia: Andrés Aguirre y Darío Zacarías. Ayer tampoco aparecieron las exaspirantes Ana Lilia Herrera y Laura Barrera. Las lealtades políticas se difuminaron muy pronto, con el aire de la derrota en las urnas. La oposición hace su propia evaluación, porque no hay duda que algunos liderazgos jugaron a perder, pensando en la elección del año entrante.
Mientras tanto, Alejandro Moreno abandonó a su candidata en su momento más crítico. Luego de salir con un discurso escueto y triunfalista al término del cierre de las casillas; viajó a Coahuila para levantarle el brazo a Manolo Jiménez. En medio de la escisión con el priísmo mexiquense, mandó a su vocera Paloma Sánchez a culpar de la derrota a Alfredo Del Mazo, e insinuar que habría entregado el estado a cambio de una embajada. No obstante que el propio Alito es un lastre nacional que no puede seguir haciendo campaña por el PRI, a menos que quiera seguir contribuyendo a su desaparición.
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