Toluca, Edomex, 4 de enero de 2023.- Este miércoles -cuando faltan cinco meses para los comicios por la gubernatura-, el Instituto Electoral del Estado de México iniciará formalmente el proceso electoral, y con ello, se abre toda serie de plazos para las precampañas y las campañas que saturarán el espectro mediático y los espacios urbanos de quienes pretenden suceder al priísta, Alfredo Del Mazo, a partir del próximo 16 de septiembre. ¡Abróchense los cinturones!
Si hasta ahora, parecía un exceso la saturación de anuncios espectaculares y la pinta de bardas que, durante los últimos meses habían dispuesto partidos y aspirantes, vendrá una mayor exposición de su imagen. En las semanas recientes, Morena y PRI han instalado una propaganda que pretende reivindicar sus principales logros como gobierno; sin embargo, ya en actividad proselitista falta por visualizar las campañas de contraste respecto de sus adversarios. El hartazgo social hacia la clase gobernante es absolutamente entendible.
Y mientras los partidos políticos con mayor peso electoral se posicionan entre sus votantes; llama la atención en qué gastarán sus prerrogativas panistas, perredistas, petistas y ecologistas, cuando no se visualiza campaña institucional alguna sobre sus partidos. No solo resulta cuestionable el presupuesto público que ejercen, sino la discrecionalidad con que lo gastan. Tal parece que ahora, han encontrado un negocio muy rentable en las alianzas electorales, mientras ellos funcionan como partidos satélite con vida eterna.
La contienda será entre dos mujeres: Delfina Gómez en contra de Alejandra del Moral. Con una competencia definida, se tiene por resuelto que el Estado de México tendrá su primera gobernadora para el sexenio 2023 – 2029. Para confirmar el avance de la paridad de género, se debe considerar que el Instituto Electoral es presidido por Amalia Pulido; y el Tribunal Electoral por Leticia Victoria Tavira. En consecuencia, tanto el voto de las mujeres como la violencia política de género tendrán una mayor relevancia en la contienda electoral.
En medio de las campañas, que se desarrollarán entre abril y mayo, los gobiernos entrarán en una pausa de sus actividades sustantivas. Obligados por la veda electoral, deberán suspender la entrega de programas sociales -en algunos casos adelantarán su reparto-; y además se pausarán los procesos de licitación o construcción de obras de infraestructura. Si a eso se agrega que, los ayuntamientos tendrán aprobado su presupuesto a finales de febrero, se puede advertir que los primeros cinco meses de este 2023, los ayuntamientos estarán inoperantes.
López Obrador no suspenderá las conferencias mañaneras, y es muy probable que desde el púlpito presidencial pretenda incidir en las elecciones del Estado de México y Coahuila. La intervención del aparato del Estado que antes tanto criticaba, será una herramienta que pudiera ser clave a favor de Morena, como ya ha ocurrido en otras elecciones, en otros estados, en el presente sexenio presidencial. Porque para el tabasqueño la veda electoral no importa, y parece que tampoco la respeta.
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