Toluca, Edomex. 03 de noviembre de 2017.- Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre simboliza la parte más oscura del PRI de la Ciudad de México. Exhibido por una investigación periodística como parte de una red de prostitución en el priísmo capitalino. Ayer fue reincorporado como integrante de la Comisión Política Permanente del partido que encabeza el exgobernador mexiquense, Eruviel Ávila Villegas. Lo cierto es que la incorporación de Cuauhtémoc Gutiérrez abrirá un frente de batalla frente a otros liderazgos como María de los Ángeles Moreno.
El ecatepense apuesta a las estructuras clientelares de Gutiérrez de la Torre para cumplir con su cometido electoral, antes que hacer una limpia entre la militancia y la imagen del priísmo capitalino. Lo más preocupante, para la encomienda eruvielista, es la deliberada intención de Gutiérrez de la Torre por buscar un cargo de elección popular. El costo político que asumirá el PRI de la Ciudad de México parece mayor al aporte electoral, político o económico que se le pueda atribuir al exdirigente priísta de la Ciudad de México.
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La recomendación emitida por la CNDH hacia la Codhem pone de manifiesto la proclividad de Baruch Delgado por favorecer a la clase gobernante. La connivencia de Baruch con los hombres y mujeres del poder, hoy pone en duda su actuación como magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa, y parte del Sistema Estatal Anticorrupción. Baruch prefirió la protección de los poderosos y la prevalencia de la élite política, lo que derivó en una recomendación lastimosa para la institución encargada de defender los derechos humanos. Insólito.
Jorge Olvera ha tratado de desvanecer la recomendación en su contra. El ombudsman ha justificado que la recomendación deviene de una actuación de su antecesor. Olvera tiene varias opciones. Uno, mantener a la Codhem en un papel acomodaticio con quienes ahí lo designaron. Dos, reivindicar a la Codhem como un organismo autónomo del lado de los mexiquenses y regulador de las acciones de la autoridad. Tres, avanzar hacia una cacería de brujas, que genere recomendaciones variadas y le otorgue el protagonismo personalísimo acostumbrado.
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José Manzur y Erasto Martínez fueron dos hombres clave en la operación política y financiera del gobernador Eruviel Ávila. Bajo diversas condiciones han pretendido reincorporarse al ejercicio del poder. Al primero le han quitado el control operativo de algunas áreas estratégicas de sus piezas clave en el Estado de México, y le han comenzado a revisar las cuentas de los últimos cuatro años. Al segundo, no ha podido despegar la ejecución de su notaría pública, derivado de obstáculos legales que le reconozcan su negocio personal asignado por Eruviel.
En lo inmediato, nadie anticipa un regreso de Manzur y Erasto a la toma de decisiones. Aún más, se advierte que los espacios de poder que dejaron en otras instituciones públicas como Cepanaf, Comecyt, Finanzas e Infraestructura, poco a poco comenzarán a ser reemplazados por el nuevo grupo en el poder. Del Mazo tiene la última decisión para sacudirse a los operadores del eruvielato.
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