Toluca, Edomex. 3 de agosto de 2016.- Muy desafortunada noticia ha recibido la militancia panista sobre la suspensión de su elección interna para renovar la dirigencia estatal del PAN. Ante la eventual permanencia de Óscar Sánchez Juárez como presidente del panismo mexiquense, el más beneficiado sería Ulises Ramírez y su grupo político. A pesar de un supuesto distanciamiento entre Sánchez Juárez y Ulises Ramírez, lo que más conviene al denominado Grupo Tlalnepantla es la permanencia de la actual dirigencia para mantener sus márgenes de control de cara a las elecciones de gobernador de 2017.
Un factor de decisión lo jugará Ricardo Anaya, actual dirigente nacional del PAN, quien busca abatir cotos de poder local como el que ejerce Ulises Ramírez. Nadie debe descartar que, frente al fallo del tribunal electoral para suspender la elección interna panista, se esté en condiciones de nombrar alguna delegación especial. En esas crisis políticas, el panismo mexiquense ya ha librado batallas de la mano del bajacaliforniano, Francisco García Burgos y del sonorense, Héctor Larios Córdova. La última palabra la tendrá Anaya y su anhelo presidencial.
Tampoco hay que perder de vista que otro de los beneficiados con la sentencia del Tribunal es nada menos que el PRI. Al partido en el poder le conviene tener una oposición debilitada y confrontada a su interior, frente a lo que se viene: la elección de gobernador en 2017.
Por cierto, quienes andan muy desatados promoviéndose como eventuales candidatos del panismo para el año entrante son Juan Carlos Núñez Armas y José Luis Durán Reveles. Por separado, han lanzado una difusión personalizada a través de redes sociales, como artífices de un cambio necesario en el Estado de México. Aunque sin mencionarlo, ambos son impulsores de una alianza opositora entre PAN y PRD para volverse competitivos frente a la maquinaria priísta. Núñez Armas y Durán buscan revivir viejas glorias electorales.
En la incipiente alternancia electoral, José Luis Durán y Juan Carlos Núñez fueron parte del mismo reducto político. Durán es un alfil de Diego Fernández de Cevallos y Santiago Creel; mientras que Núñez Armas fue coordinador de campaña de Durán en 1999 cuando contendió por la gubernatura contra Arturo Montiel. Hoy, ambos han tomado rutas paralelas para convencer a su militancia de ser la mejor opción para ser candidato a gobernador. Creel es el encargado de las elecciones del panismo a nivel nacional, y con siete gubernaturas en la contienda de junio pasado, buscará incidir en los comicios del año entrante.
La lógica del panismo siempre privilegia la toma de decisiones de la cúpula partidista, donde la balanza de la élite panista mexiquense se inclina a favor de Ulises Ramírez, aunque sea altamente repudiado por la militancia. Ulises buscará retener el control político de un panismo que revivió en la elección más reciente. En la mira de Ulises transita incluso convertirse en candidato a gobernador, a cuya nominación ya declinó en 2011 a favor de la desastrosa campaña de Luis Felipe Bravo Mena, que cayó al tercer lugar con poco más de 600 mil votos.
Resulta inaplazable que el Instituto Electoral del Estado de México genere lineamientos sobre las precampañas electorales. La promoción que hoy emprenden Durán, Núñez Armas, Del Mazo, Iriarte, Ana Lilia, Manzur, Juan Zepeda, Delfina Gómez, Oscar González Yáñez y otros más, tienen todas las características de una precampaña personalizada a la que sólo le faltan las propuestas de gobierno. En un clásico razonamiento inductivo: Si parece un pato, nada como un pato, y grazna como un pato, entonces probablemente sea un pato.
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