Toluca, Edomex; 2 de mayo de 2023.- El momento más crucial de la campaña ha llegado. Luego de cuatro semanas de actividades proselitistas, ya los votantes mexiquenses conocen quiénes son las candidatas; cuáles son los partidos a los que representan; en una gran mayoría ya han decidido su voto. Lo importante, por ahora, es que esos votos se vean reflejados en los comicios del 4 de junio.
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La campaña de Alejandra del Moral tiene tres ejes transversales para garantizar que las estructuras electorales funcionen. La priísta tiene claro que, su principal bastión de sufragios está construido en el llamado voto duro. Ese cimiento podría estar cerca de los dos millones de electores, hasta en el panorama más aciago. El resto de los votos necesarios para ganar la elección debe venir de tres factores: la fuerza electoral de sus aliados (PAN, PRD y NA); el voto antimorena -particularmente de alguna parte de sociedad civil-, y de algunos indecisos.
Ahora bien, dentro de la estructura priísta se divide en tres articuladores: por un lado, la coordinación de activismo, a cargo de Darío Zacarías -que revisa y evalúa las personas contactadas-; y es donde hay mayor simulación de forma histórica; por otra parte, Mario Santana, secretario de organización, que coordina a los comités municipales, además de coordinadores distritales y regionales, sectores y organizaciones; y Elías Rescala, que supervisa el trabajo de campo de sus diputados locales que tienen ascendencia política.
En el círculo cercano a Alejandra del Moral se ha identificado el “fuego amigo” de quienes buscan desestabilizar a su núcleo de estrategia política. La izcallense ha sumado a todos, pero confía en un reducido número de operadores; y con ese puñado, se jugará el resto de su campaña hasta el día de la elección.
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Morena es un movimiento, por encima de un partido. El centro de las decisiones está en la coordinación de campaña que encabeza Horacio Duarte. En tanto, Higinio Martínez mantiene el control de diversos liderazgos regionales, quienes le deben algún favor político o le tienen lealtad en el proyecto de la 4T. Además, por la importancia de la elección, hay supervisión permanente de Mario Delgado.
Delfina Gómez ha dejado claro que, ella está dedicada a hacer campaña, pero tiene su confianza depositada en Horacio e Higinio, para que el engranaje de su estrategia electoral funciones. Lo cierto es que, Morena también se desdobla, aunque no de manera municipal ni en los seccionales; sino a través de sus grupos internos que también le aportan una copiosa cantidad de votantes.
En el proyecto de Morena, hay un gran sector de electores comprometidos con la causa de AMLO, desde las elecciones de 2005; y que se mantienen como un voto cautivo para ganar el desafío electoral del 2023. Su voto duro hizo ganar a Yeidckol Polevnsky en el 2006; y a Delfina Gómez en el 2018. Y también llevó al Senado de la República a Alejandro Encinas en 2012.
Se trata de un voto antisistema que, advierte en la elección de 2023, una oportunidad única e histórica para validar la alternancia electoral en el Estado de México. Ahí está la apuesta de Delfina Gómez. En menor medida, un sector de votos indecisos que pudieran llegar a su canasta en la recta final.
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