Toluca, Edomex, 2 de febrero de 2021.- El PRI no tenía contemplado competir por la alcaldía de Tlalnepantla, pero la última negociación con el panismo, les puso en un embrollo difícil de descifrar. Incluso, tras la derrota electoral de 2018, muchos priístas encontraron cobijo en el gobierno de Raciel Pérez Cruz, particularmente aquellos identificados con la exalcaldesa, Denisse Ugalde. Y hasta ahora, la dirigencia tricolor no ha tomado una decisión acerca de la postulación que hará en alianza con PAN y PRD hacia la elección de junio.
Llama la atención que, entre los cuadros del priísmo, se pretenda recurrir al acomodaticio expanista, Antonio Rodríguez Hurtado, otrora del grupo de Ulises Ramírez, pero quien en fecha reciente no tiene filiación política, y vende su capital electoral al mejor postor, con el único propósito de regresar al despacho que ocupó entre 2006 y 2009. Esa parece la mejor carta para la reelección del actual gobierno morenista, enfrentar a un candidato ya probado en la derrota.
La terna aliancista se reduce a dos cartas: Denisse Ugalde, quien ya fue alcaldesa entre 2015 y 2018; además de Francisco Núñez Escudero, identificado con el grupo político del también expresidente municipal, Pablo Basáñez.
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La dirigencia priísta mexiquense vendió muy caro sus acuerdos con la organización Antorcha Campesina. En la zona sur de la geografía estatal, concedió el municipio de Joquicingo, en una figura bastante cuestionada y que se dedicó a extorsionar y presionar a distintos gobiernos priístas de la zona durante la última década. Lo mismo organizaba protestas, pinta de bardas, mítines públicos para desprestigiar al tricolor que hoy pretende abanderar.
Se trata de Juan Pedro Martínez, quien está claro que, si el PRI hiciera una encuesta entre actores políticos de la región, seguro uniría a todos, pero en su contra, particularmente de municipios como Tenancingo, Zumpahuacán, Tenango del Valle y Ocuilan. Pero los antorchistas quieren rebasar sus fronteras más allá de Chimalhuacán e Ixtapaluca, hoy sus bastiones más sólidos.
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En el gabinete estatal deberán abrirse algunos espacios para alcaldes que sentían la candidatura en la bolsa, pero el reparto y las definiciones no les alcanzaron para todos. De entrada, los ediles de San Mateo Atenco, Lerma y Valle de Bravo, Julio César Serrano, Jaime Cervantes y Mauricio Osorio. Los tres consiguieron la reelección hace tres años, y a pesar de su capital político, no obtuvieron la postulación para el mes de junio. Su encomienda es retener sus municipios, y no caer en sus posibilidades de saltar a otro encargo público.
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