Toluca, Edomex; 2 de enero de 2022.- La más importante cuenta regresiva para la vida pública del Estado de México no ocurrió en la víspera del año nuevo del pasado 31 de diciembre; la fecha más esperada para las élites políticas mexiquenses está agendada en la elección por la gubernatura estatal del domingo 4 de junio. Es tanta su importancia que, ahí se concentrarán los esfuerzos de la clase política no sólo de la entidad, sino del país, en la antesala de la elección presidencial.
Faltan apenas cinco meses para los comicios por la gubernatura del Estado de México. Ahí, está decidido se confrontarán dos bloques electorales: el prianismo que arrojará la candidatura de Alejandra del Moral -en busca de conservar el actual régimen político de los últimos noventa años-; y el de Morena, que pretenderá consolidar en Delfina Gómez la idea de un partido casi único en torno al liderazgo de López Obrador. En el fondo, las plataformas electorales de ambas, se distinguirán por algunos matices, los mexiquenses ya han experimentado alternancias en lo municipal sin grandes consecuencias que presumir.
La gran expectativa de la agenda informativa ocurrirá en los próximos diez días: el PRIAN hará público el acuerdo de su alianza electoral, y particularmente legitimará la postulación de la priísta mediante un gran acuerdo de reparto de posiciones en un eventual gobierno de coalición; Morena por su parte, dará un golpe de autoridad desde la dirigencia nacional para someter a sus aliados del PT y del PVEM. El común denominador, son dos partidos hegemónicos que han impuesto condiciones sobre lo que pareciera partidos satélite.
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Faltan 257 días para la conclusión del sexenio del priísta, Alfredo Del Mazo. El mandatario estatal ha mejorado su aprobación social, y buscará consolidar los principales ejes de su gobierno. Quizá su mayor legado, ni siquiera sea la ejecución del Salario Rosa, que ha beneficiado a 600 mil amas de casa. En el impacto de su gobierno, la mayor trascendencia se encuentre en aspectos de infraestructura: por un lado, la reconstrucción y rehabilitación de instalaciones educativas derivado del sismo de 2017; y por otra parte, la recuperación de espacios públicos que ha dado una nueva dimensión a la visión urbana de varios municipios, incluida la ciudad de Toluca.
En lo político, el delmacismo se logró adaptar a tiempos inéditos. En la historia del Estado de México, fue el primer gobernador en tener una Legislatura dominada por un partido de oposición; y evitó la tentación de resquebrajar esa mayoría como algunos de sus antecesores. La misma oposición, se sintió cómoda frente a los canales de diálogo que abrieron temas de la agenda legislativa que parecían inamovibles. A eso, se suma su relación con el gobierno federal y con decenas de alcaldes de izquierda. Ahí, están los principales bonos políticos y sociales del sexenio.
En adelante, como heredero del Grupo Atlacomulco, el principal desafío delmacista será entregar el poder político a alguien de su partido, en el último bastión electoral del priísmo del siglo veinte.
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