Toluca, Edomex. 02 de enero de 2018.- Hace 211 días, los mexiquenses enfrentaron la elección más competida de su historia, y también la más cuestionada que arrojó como ganador al priísta Alfredo del Mazo. En un plazo de 180 días, los mexiquenses otra vez irán a las urnas, ahora para sufragar al próximo Presidente de México, senadores, alcaldes, diputados federales y locales. El PRI y el grupo Atlacomulco enfrentarán un durísimo referéndum, a partir de la desaprobación altísima del peñismo a nivel nacional.
Alfredo del Mazo tiene un solo objetivo. Ganar la mayoría de la legislatura del Estado de México. Poco importa si sufre una derrota abrumadora en la elección de alcaldes. Tampoco le preocupa quedarse sin senadores priístas como ya ocurrió en la elección de 2006, cuando Enrique Peña iniciaba su mandato como gobernador. De los diputados federales, la decisión se tomará en Los Pinos, sobre hombres cercanos a Peña Nieto, que vayan en su defensa política y legal a partir del primero de diciembre de 2018.
La próxima semana, dos mexiquenses abandonarán el gabinete de Enrique Peña en busca de cargos de elección. La renuncia inminente de Luis Miranda a la secretaría de Desarrollo Social, lo convertirá en diputado federal plurinominal, y coordinador de los mexiquenses en San Lázaro. Mientras que se anticipa la remoción de Gerardo Ruiz Esparza al frente de la SCT, a quien le urge el fuero a partir del mes de septiembre, entre tanta acusación de corrupción por cuestionadas obras de infraestructura.
Miranda y Ruiz Esparza serán los hombres del peñismo en San Lázaro que vayan en defensa de su jefe político una vez que concluya el sexenio. Ambos también están unidos por el delmacismo. Luis fue uno de los impulsores de Alfredo, desde hace seis años, cuando se impuso por amenazas opositoras Eruviel. Gerardo, es un hombre cercano a Del Mazo padre, que siempre ha mostrado su lealtad a la familia, y no será la excepción. Alfredo también ha avalado que Miranda y Ruiz Esparza sean su manto protector desde San Lázaro cuando haya fenecido el peñismo.
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El próximo domingo, el Consejo Estatal del PRD avalará su política de alianzas electorales, en donde se confirmará su coalición con el PAN y Movimiento Ciudadano. En la víspera, las dirigencias panistas, perredistas y emecistas, han acordado ya el reparto de distritos y municipios. La cúpula del PRD que encabeza Alternativa Democrática Nacional ha garantizado conservar sus cotos de poder, y apuesta por recuperar bastiones electorales del pasado reciente. El domingo lo avalará su órgano deliberante, en poder de las mismas tribus.
A diferencia de lo que ocurre a nivel nacional, en donde el PRD se subordina a las decisiones del panismo de Ricardo Anaya; en el Estado de México los perredistas negocian de tú a tú el reparto de posiciones con panistas. La debacle del PAN es avasallante. En las dos últimas elecciones de gobernador, tanto Bravo Mena como Vázquez Mota fueron incapaces de rebasar los 500 mil votos, frente al millón de sufragios que alcanzó Encinas y Zepeda. El panismo tiene poco para exigir, y prefiere ceder en un terreno electoral donde está desdibujado.
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