Redacción
Distrito Federal. 6 de mayo de 2014.- Once mujeres víctimas de abusos y agresiones sexuales en los hechos violentos de San Salvador Atenco de 2006, presentaron ayer la campaña denominada “Rompiendo el silencio: todas juntas contra la tortura sexual”, para que en su conjunto, todas las mujeres víctimas de las fuerzas de seguridad del país alcen su voz y denuncien las violaciones a sus derechos humanos.
Han pasado ocho años de los abusos cometidos por la Policía del Estado de México, pero las heridas se mantienen, por lo que la campaña surge a raíz de las vejaciones sexuales de las que fueron víctimas mujeres por parte de los elementos policíacos.
Las víctimas expusieron que la tortura es una estrategia de guerra y control social por parte del Estado, que pretende callar y anular a las personas, a los movimientos sociales y organizaciones.
La campaña también pretende hacer visible la violencia estructural por parte de las instituciones que deberían salvaguardar a la ciudadanía pero también de las que, se supone, son las encargadas de procurar justicia.
La intención de la campaña es generar lazos de solidaridad con casos similares, además de poner en evidencia la tortura y represión que utiliza el Estado como mecanismo de control.
Javier Hernández Valencia, representante en México de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos aseguró que la tortura en forma de violencia sexual contra las mujeres “no es un desliz o un error. Ninguna autoridad se equivoca cuando ejerce violencia sexual contra una mujer”, abusos que tienen su base en la impunidad y en una ideología patriarcal donde se ve a las mujeres como una especie de cuota.
Subrayó que la tortura sexual en primer lugar supone un «colapso» del sistema de control del país, una imposición de un sistema patriarcal que considera que se puede disponer del cuerpo de las mujeres, y la impunidad que enfrentan los agresores.
A la campaña emprendida por mujeres víctimas en San Salvador Atenco, se sumaron cinco mujeres víctimas de tortura sexual por parte de militares, marinos y federales.
Arturo Ávila, de Amnistía Internacional México, lamentó que en el país la tortura siga siendo una práctica recurrente y generalizada.
Amnistía Internacional comprometió su apoyo total a la campaña a fin de continuar con las exigencias de justicia para las mujeres agredidas por elementos de las fuerzas militares o de seguridad, como en Atenco, pues a ocho años de los hechos no hay ni un solo procesado.
