Redacción
Huixquilucan ha vuelto a la escena de la alta criminalidad. A lo largo del fin de semana, las Procuradurías de Justicia del Estado de México y del Distrito Federal desarticularon una peligrosa banda de secuestradores y detuvieron por separado a siete de sus integrantes, quienes serían presuntos responsables de enterrar en fosas clandestinas a sus víctimas, halladas en el paraje “El Nido”, en San Juan Yautepec, en el municipio de Huixquilucan.
Dicha organización criminal tenía su zona de operación en Huixquilucan y la delegación Cuajimalpa en el Distrito Federal. En las fosas clandestinas, descubiertas el pasado viernes, fueron hallados los restos de cinco cuerpos en bolsas y de acuerdo con su vestimenta corresponden a personas desaparecidas en Cuajimalpa.
Los secuestradores se comunicaban con los familiares de sus víctimas, ante quienes se ostentaban como policías y argumentaban que las víctimas estaban detenidas por llevar consigo droga, portar armas de fuego o debido a que eran responsables de accidentes de tránsito, cuyo saldo era personas muertas y lesionadas.
Con esa acusación los criminales solicitaban dinero en efectivo y objetos para no ponerlos a disposición de la autoridad, después de acordado el monto solicitaban que entregaran la cantidad en un bote de basura, en las inmediaciones de una base de taxis llamado “El Teco”, en Zacamulpa, Huixquilucan, para que fueran liberados, lo cual nunca sucedió.
Huixqui, un centro de operaciones
A partir de su prominencia económica, el municipio de Huixquilucan también ha posibilitado que diversos grupos criminales hayan encontrado un centro de operaciones en esta localidad.
El 21 de abril de 2010, en el municipio de Huixquilucan, elementos del Ejército Mexicano detuvieron a 19 narcotraficantes, entre ellos José Gerardo Álvarez, “El Indio”, identificado como operador de Édgar Valdés Villarreal, La Barbie,.
La captura de “El Indio” fue resultado de un enfrentamiento ocurrido en el fraccionamiento Bosques de la Herradura, en Huixquilucan, alrededor de las 17 horas de dicha fecha, cuando los militares pretendían realizar un cateo en una residencia ubicada en el cruce de las calles Bosques de las Catarinas y Bosques del Alfeñique.
Otro de los grupos criminales que se había asentado en Huixquilucan era el conocido como “La Mano con ojos”, cuyo líder Óscar Osvaldo García Montoya, fue uno de los sicarios más importantes y buscados del país, quien confesó haber cometido 300 ejecuciones y ordenado otro número semejante de homicidios.
