Por Juan Carlos Cartagena Abaurre
Las crónicas de cada partido, los fichajes, los nombres propios del futbol hacen que muchos se olviden de un protagonista, uno que también elige su 11 y sufre más que Cristante al hacerlo, que busca jugadores con más frecuencia que la propia directiva,siempre con la fantasía del que sueña ver cada vez más completo a su equipo; es más, ese protagonista se preocupa más por el club que su propio dueño. Para ustedes afición, este texto por un 2017 lleno de emociones.
Venía de la capital para narrar el segundo tiempo, cuando mi piel se cimbró con la garganta a tope, como si no fuera José Luis Mercado al que escuchaba en Ultra 101.3, sino a toda la afición que se reunió (en el estadio o en casa) la que gritaba aquel golazo de Hauche al América, para así reinaugurar el Nemesio Díez. Esa ilusión combinada con pasión y adrenalina es la que deseo se mantenga intacta en cada uno de sus cuerpos. Jugadores, directivos y entrenadores van y vienen, el escudo y el amor deben permanecer.
Aquel 11 y 12 de febrero son inolvidables, la antes criticada afición se unió como nunca para cantar, caminar, celebrar, llorar, beber, y sobre todo mostrar con orgullo que este equipo también tiene unión; la caravana y Mañanitas son la muestra de que con Toluca hay que estar pierda o gane.
Alzo mi copa y brindo por aquellos que se emocionaron hasta las lágrimas en la Ceremonia Centenario, aquellos que sí se contagiaron de ADN de los campeones, por aquellos que reclaman y proclaman al Toluca grande e incómodo para sus rivales.
No me olvido de quienes ya no están terrenalmente y que vieron desde el cielo como su querido infierno mezclo recuerdos, tradición, historia, añoranza y nostalgia. Dedicó esto a los que nunca perdieron la fe aún cuando el fútbol no parecía alcanzar, a los que realmente vivieron 365 días de Centenario, presumiendo latas, escudos, prendas, trapos, tatuajes, selfies, etc. Por todos ustedes es que vale la pena escribir en este espacio que (más que mío o de mis hermanos y hermanas de Ultradeportivo) es de ustedes. A la afición hoy le brindo este último espacio del 2017, el año del Centenario.
Faltan poco más de 40 días para dar paso al año 101, pero hoy acaba el 2017, el año esperado por afición, directiva, cuerpo técnico, figuras, medios y jugadores (algunos); un aplauso a quienes sintieron este año como suyo, sin importar resultados porque al fin y al cabo: rieron, lloraron, cantaron, sufrieron duras eliminaciones, gozaron los goles y con todo ello siempre serán Diablos.
Gracias a cada uno de los integrantes de Ultradeportivo por los goles narrados, los programas y debates, por la unión de mi segunda familia, que nunca me deja solo.
A Plana Mayor (Isra y Paco), por ser la libreta en la que plasmo mis ideas y comentarios, una plataforma para los diablos de la tribuna.
A Mis compañeros de Deporte Sin Limite (Jesús, Mari Carmen, Washington, Carlos García Galán, Israel y el staff de trabajo)
A todos les digo gracias por este 2017 Centenario y Feliz 2018 con nuevas emociones y alegrías.
Con la campanada 12 no se olviden de pedir salud, dinero, amor y mucho futbol.
Por cierto, después de las lindas palabras que recibí por el relato de “Diablo hasta la muerte”, en estos días publicaré otro, espero les agrade.
Recuerden que este es su espacio, escriban, exprésense y disfruten de él.
Que sea un gran cierre de 2017 y Feliz año 2018.
Gracias por leerme y jugar conmigo…¡Los quiero mucho!
