Rápido… y furioso
Por: Francisco Ledesma
La vertiginosidad con que se ha construido la candidatura de Alfredo del Mazo Maza al Gobierno del Estado de México, es parte de la andanza política a la que ya debieran estar acostumbrados los mexiquenses. Al menos así lo demuestran las dos últimas experiencias de los mandatarios, que han edificado sus aspiraciones en un promedio de seis a nueve años.
Arturo Montiel Rojas, tuvo una corta experiencia política en la década de los setenta en los mandatos de Carlos Hank González y Jorge Jiménez Cantú. Era asesor de Juan Monroy, quien fue alcalde de Naucalpan, cargo que no culminó y donde delegó el puesto al originario de Atlacomulco con escasos 32 años.
Ya en el sexenio de Jiménez Cantú, Monroy asumió la Secretaría General de Gobierno, a donde le acompañó Montiel en labores de asesor político. Juan Monroy fue desterrado políticamente al arribo del poder de Alfredo del Mazo González, luego de que ambos fueran los aspirantes más fuertes a la gubernatura mexiquense en el lejano 1981.
Fue en el mandato de Ignacio Pichardo Pagaza (1990), tras la renuncia de Mario Ramón Beteta, cuando Juan Monroy regresa al poder político del Estado de México, al ser designado presidente estatal del PRI. Montiel otra vez como su asesor, retorna a la escena partidista. Y es ahí cuando se empieza a edificar su candidatura a Gobernador que conseguirá nueve años después.
En ese periodo, fue presidente estatal del PRI en dos ocasiones. Coordinó la campaña electoral de Emilio Chuayffet en 1993. Fue un operador político en los comicios de 1994 para la elección presidencial de Ernesto Zedillo, luego de que el Estado de México se había perdido en 1988 a manos de Cuauhtémoc Cárdenas, siendo gobernador Beteta, y presidente del partido en la entidad Héctor Ximénez, padre de Yetzabel, actual secretaria del priísmo mexiquense.
Zedillo premia a Montiel con la Dirección General de Protección Civil. Al arribo de Emilio Chuayffet como secretario de Gobernación, Montiel es designado director de Talleres Gráficos de México. En 1997, asume la presidencia del PRI estatal por segunda ocasión, y desde esa posición privilegiada construyó su candidatura frente a los reproches de Héctor Ximénez y Humberto Lira Mora. Sin olvidar las declinaciones simuladas de Manuel Cadena y Heberto Barrera. Hoy sus hijos, Carlos y Laura, están incrustados en el poder gubernamental.
El ascenso de Peña Nieto también fue vertiginoso. Durante cinco años fue secretario particular del secretario de Desarrollo Económico estatal, Juan José Guerra Abud. Hoy coordinador parlamentario del PVEM en San Lázaro.
En el sexenio de Montiel, Peña se desempeñó como subsecretario de gobierno. Más tarde fue secretario de Administración por un periodo de dos años. Tiempo suficiente para convertirlo en diputado local por Atlacomulco (2003). De ahí se hizo coordinador parlamentario del PRI en la Legislatura Estatal, y precipitadamente saltó a la candidatura para Gobernador en 2005. Seis años después, y con esa misma velocidad que da la política, se encuentra en la antesala de la candidatura presidencial como el aspirante más favorecido en las encuestas, con la importancia que dan las componendas del poder.
Hace seis años era un desconocido de la política local. En 2005 fue designado director de Fomento a la Micro y Pequeña Empresa, que cambia de membrete en 2006 por el de Instituto Mexiquense del Emprendedor, para cumplir con esos compromisos firmados ante el notario público, parte de una campaña electoral de largo alcance que inició en 2005 y terminará en 2012.
Tras dos años en ese encargo, para 2008 fue designado secretario de Turismo, donde impulsó el fracasado proyecto de multimedia en Teotihuacán. Y en 2009 se convierte en candidato de “unidad” a la alcaldía de Huixquilucan, por el simple requisito que marcan los estatutos priístas para aspirar a la candidatura para Gobernador. Hoy tiene media nominación en la bolsa, el restante la obtendrá en el transcurrir de las horas.
Muy rápido se construyó su ascenso al poder político, porque dicen los que saben, que haber vivido en Casa Estado desde muy niño, le significó el deseo de regresar a ese lugar como Gobernador algún día, y para eso fue educado… y furioso, está el grupo político opuesto que retiene muchas posiciones políticas, pero que abandonó la gubernatura desde 1999. Ernesto estuvo muy cerca, pero en política como en el deporte sólo se recuerda al primer lugar.
La tenebra
Si alguien en broma dijera que con esa misma velocidad se construirá la candidatura a Gobernador del Estado de México de 2017, y que se impondrá el linaje político, sobre los perfiles que se pudieran promover a esa aspiración electoral, desde hoy podría comprar esa idea, y apostar a la remota posibilidad de que el abanderado del tricolor actualmente es diputado federal por el PVEM, se llama Alejandro, y se apellida Del Mazo Maza. La dinastía política no pierde.