Francisco Ledesma / Una nueva elección, los mismos de siempre
Dentro de algunas
semanas, en un proceso inédito, comenzarán las campañas electorales encaminadas
a la primera elección del Poder Judicial del Estado de México. En un ejercicio
sin precedentes, abogados y juristas saldrán al encuentro de electores, para
pedir su voto con promesas que resultarán muy lejanas, principalmente por dos
factores: el hartazgo social frente a tantas elecciones consecutivas para la entidad
-la tercera en tres años-; y el tecnicismo y desconocimiento en que se ubica al
Poder Judicial hacia la ciudadanía.
La proximidad social con
que los candidatos a jueces y magistrados enfrentarán la elección judicial, nos
permite advertir que las promesas electorales apenas se distinguirán por matices
-técnicos, jurídicos o pragmáticos-, y frente a la apatía o la ignorancia
social, lo que podría prevalecer en el espectro electoral es el reconocimiento
de positivos o negativos entre los candidatos y candidatas.
Donde los electores sí
tendrán un punto de referencia es ponderar la trayectoria de quienes ya aparecen
en los primeros listados, dados a conocer públicamente, y que dan pistas de lo
que pudiera ocurrir en caso de que ganen en las urnas, y alcancen las
posiciones de privilegio a las que aspiran en junio próximo.
La premisa del priísmo
recalcitrante que pregonaba que, los candidatos y candidatas eran “los mismos
de siempre”, podría ajustarse como una primera valoración para quienes ya decidieron
inscribirse a la elección judicial.
En un paralelismo -y
guardadas las proporciones-, hay quienes buscan dar el salto trapecista, así
como aquellos alcaldes que se promovían para diputados, y viceversa; ahora hay abogados
instalados en instituciones autónomas, que observan en la elección judicial,
una oportunidad genuina de mantenerse en el ejercicio del poder. Otros más,
buscan su regreso y resucitación personal.
Ahí aparece Myrna García,
quien no terminó su periodo en el Tribunal de Justicia Administrativa para
instalarse en la Comisión de Derechos Humanos (Codhem), que hoy ha restaurado
su simbólica posición como “Elefante Blanco” del marco de instituciones en la
entidad, y es omisa y ausente en los abusos de poder, pero ya se encuentra en
la antesala de la elección judicial estatal.
Otro ejemplo, el exrector
Jorge Olvera, de quien tantas líneas se han escrito en su paso por la rectoría
de la Universidad Autónoma del Estado de México, en uno de los pasajes más oscuros
de la administración de dicha institución educativa, bajo la denominada “Estafa
Maestra” -aunque él se la achaca a su antecesor-, ya se apunta para regresar a
la nómina pública, pero ahora en el Poder Judicial.
En las listas también
aparece el exfiscal, Alejandro Gómez Sánchez, perteneciente al grupo político
de los Cervantes, en donde se identifica a Humberto Castillejos, Alfredo
Castillo y José Luis Cervantes, que han detentado el control operativo y
financiero de la Fiscalía mexiquense durante los últimos quince años, pero con
los mismos vicios, limitaciones y abusos de poder.
Un riesgo, frente a una
contienda inédita, es que la elección esté determinada por los ríos de dinero
que pudieran financiar a los actores que, sin tener una filiación partidista,
sí responden a grupos de interés políticos, pero cuyo ejercicio profesional ha
demostrado que no siempre se obtienen los mejores resultados.
Ser reconocido en el
espectro electoral no necesariamente es un sinónimo de buena fama pública, muy
por el contrario, es un punto referencial para evaluar a quienes ya asumieron
cargos directivos en otras instituciones públicas, y poder ejercer una
valoración crítica de cómo fue su desempeño en dichas dependencias. La elección
judicial venidera no puede ser un cheque en blanco.
La tenebra
Y pese al cambio de
régimen, y las modificaciones a la Ley, cuando despertó el dinosaurio seguía
ahí… y el elefante no podía moverse.