Francisco Ledesma / Hacia un gobierno acotado
En la medida que Alejandra del Moral propone una alianza plural, que incluya partidos políticos y se extienda a organizaciones de la sociedad civil, establece las condiciones para tener cada vez, un gobierno más acotado, ante la eventualidad de un triunfo electoral en los comicios del domingo 4 de junio.
Cuando han transcurrido doce días de la campaña electoral, Del Moral ha comprometido un pacto político con la organización Antorcha Campesina, una asociación clientelar que tenía hasta el 2021, sus bastiones electorales en Chimalhuacán e Ixtapaluca, pero que ha hecho de la movilización social un mecanismo de extorsión para obtener favores financieros, materiales y partidistas por parte de los gobiernos de todos los ámbitos.
Los Antorchistas nunca tuvieron una buena relación con el actual gobernador. Desde los tiempos electorales de 2011, Jesús Tolentino Román y su esposa, Maricela Serrano, se decantaron a favor de Eruviel Ávila; y cuando finalmente tocó el turno a Del Mazo como candidato a la gubernatura, la operación política fue tan deficiente que, en los comicios de 2017, se perdió Chimalhuacán.
Esta agrupación busca extenderse de forma sistemática. Mediante sus clientelas provenientes del oriente mexiquense, ejecutan protestas en municipios del Valle de Toluca, donde exigen a alcaldes priístas apoyos en materia de fertilizantes, despensas, regularización de predios y reconocimiento de escuelas vinculadas a su movimiento. De lo financiero avanzan hacia lo político.
Una vez que Antorcha Campesina consigue algunos beneficios financieros y materiales, intensifica sus movilizaciones para solicitar espacios políticos en los comités municipales, o bien, en los ayuntamientos de extracción priísta; hasta lograr incrustar algunas piezas como candidatos a regidores municipales.
Esta práctica común, les llevo a tener una relación ríspida con Andrés Aguirre -cercano a Alejandra del Moral-, quien rechazó imposiciones Antorchistas cuando fue candidato a presidente municipal de Chicoloapan en el lejano 2012.
En el sexenio actual, las marchas fueron recurrentes en los primeros años del mandato delmacista, con movilizaciones que desquiciaban las calles del centro de la capital mexiquense. Nunca hubo acuerdos en positivo, porque la relación siempre fue ríspida entre el gobernador y los líderes de dicha agrupación.
En la víspera electoral de 2021, antes de que se formalizará la alianza prianista, Román Bojórquez y los suyos, se reunieron con dirigentes del PAN mexiquense, para lanzar un guiño electoral; y un amago de desbandada hacia la entonces dirigente priísta y hoy candidata, quien hoy los busca para la “reconciliación”.
Alejandra del Moral ya cedió en la alianza electoral, para integrar en su eventual gobierno de coalición a panistas, perredistas y neoaliancistas; y aunque no existe una definición numérica, sí habrá una repartición estratégica del gabinete, en caso de que se puedan revertir todas las encuestas y pronósticos.
A esta coyuntura, Del Moral ha sumado en menos de diez días a la Antorcha Campesina, y a algunos liderazgos que han renunciado al bloque opositor para sumarse a su candidatura. Cuando faltan poco más de 50 días para la elección, vendrán más organizaciones y asociaciones en búsqueda de espacios de poder.
Con tan numerosos y ambiciosos aliados, lo que menos tendría Alejandra del Moral en su gobierno, sería colaboradores cercanos y de confianza, porque los espacios de decisión le serían acotados sustancialmente, con el único propósito de ganar en los comicios del 4 de junio. Esa es la única meta proyectada.
La toma de decisiones será reducida, a menos que se atreva a fallarles a sus aliados electorales, lo que tendría repercusiones inmediatas para el 2024, y rompería con cualquier escenario de reconciliación posible y prometida.
La tenebra
Pensar que el debate cambiará el rumbo de las campañas electorales, estaría determinado en que romperá todos los niveles del rating, lo cual es una apuesta muy arriesgada, cuando la preocupación social no está en la campaña; y peor aún, si el partido se gana por default.