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El Manual de Maquiavelo 05-01-2024

Francisco Ledesma /  Las sombras de Ana Lilia

La dirigencia del priísmo mexiquense que encabeza Ana Lilia Herrera no puede catalogarse como un cheque en blanco. Es por el contrario, una concesión determinada por componendas políticas entre liderazgos nacionales y regionales que ha resuelto tomar el control partidista y desplazar en tiempo y espacio al delmacismo, a quien pretenden responsabilizar de la derrota de la gubernatura estatal del pasado mes de junio, sin mayores argumentos que la animadversión de quienes hoy se erigen como los salvadores de un partido en desahucio electoral.

 

Lo cierto es que Herrera no tendrá una toma de decisiones única, pues con ella trae consigo sombras que pretenden asumir el control en las negociaciones de corto plazo que implican el acuerdo de coalición con PAN y PRD; y la repartición de candidaturas federales y locales, pero sobre todo aquellas que realmente son garantía de triunfo o asignación, por ejemplo, las plurinominales para mantenerse en el espectro políticamente activo.

 

En sus primeros actos públicos, como un alfil inseparable se aprecia a Cristina Ruiz, dirigente nacional de la CNOP, pero sin mayor encomienda a nivel estatal que justifique se presencia permanente en el primer plano del priísmo mexiquense. Es testigo de que las decisiones de Ana Lilia correspondan al voluntarismo de Alejandro Moreno, quien la impuso como dirigente estatal, sin importar el más mínimo espíritu democrático interno.

 

Ruiz Sandoval no es una política de muchas luces. Fue durante casi una década oficial del registro civil de Naucalpan. En 2009, le ofrecieron ser candidata a diputada local, y con el efecto del peñismo, ganó. Se convirtió en legisladora mexiquense, y con el arropo del entonces coordinador parlamentario, Ernesto Nemer, le alcanzó para ser diputada federal en2012.

 

Actualmente es diputada federal, sin grandes resultados. En dos años y medio, ha presentado 15 iniciativas de ley: ninguna ha sido aprobada. Tres han sido retiradas; dos más desechadas y el resto se encuentran pendientes.

 

Otro factor de decisión lo será Miguel Sámano, principal impulsor para que Herrera ocupara la presidencia del PRI estatal. A los pocos días de su ungimiento, el político de Acambay se reunió con Alejandro Moreno, encuentro que se hizo público, pero cuyos acuerdos se mantuvieron secretos.

 

Sámano ha encontrado en la encomienda legislativa una salida perfecta para mantenerse vigente, sin ser necesariamente productivo. De 2009 a la fecha, ha sido tres veces diputado local (en una ocasión por el Verde); y dos más legislador federal. En total, quince años sin dejar espacio para la renovación de cuadros; y al igual que Ana Lilia en sus 18 años de cargos de elección, siempre abandonando la encomienda en el último año para colgarse del trapecio político de los próximos comicios. Ambos, ya hicieron escuela.

 

El acambayense tampoco se distingue por su productividad legislativa. En la actual Legislatura Federal ha presentado personalmente trece iniciativas de ley. Ninguna ha sido aprobada. Tres fueron desechadas, una retirada y el resto están pendientes. Pero ya se apuntó para la reelección en 2024.

 

En estas componendas se agrega Alejandro Castro Hernández, quien se asume como secretario general del PRI; y Arturo Osornio, operador político personal de la presidenta estatal del tricolor.

 

Castro y Osornio tienen puntos en común: son afectos y expertos en ejercer cacicazgos políticos; el primero en Nicolás Romero, y el segundo en Aculco; donde fueron alcaldes y diputados, y les gana el deseo por imponer a sus más cercanos en cargos de elección en el municipio que creen les pertenece.

 

Ambos, son incapaces de convencer a sus propios hermanos de guardar lealtad al priísmo que dicen defender. Por un lado, Emmanuel Castro, exsecretario auxiliar de Eruviel Ávila; y por otra parte, Rafael Osornio, exoperador financiero de Arturo Montiel, han abandonado el barco tricolor, y actualmente militan y trabajan para la causa del verde ecologista.

 

Y en el último escalón de las sombras, Ana Lilia Herrera pretende incrustar a Rodrigo Falcón, encargado de buscarle lugar de estacionamiento cuando llega a eventos públicos, para que la dirigente priísta no batalle en su andar cotidiano. Aunque en lo político presume haber sido regidor de Metepec. Sin mucho que destacar, se encarga de recibir a su jefa y llevarla a su lugar; una difícil tarea que hoy también lo tiene en la antesala de las candidaturas.

 

La tenebra

¿Ernesto Nemer sigue siendo priísta? ¿Qué tanto se entera de los acuerdos de la actual dirigencia estatal del PRI por interpósita persona?

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