Francisco Ledesma / ¿El tiempo de las mujeres?
La elección del año entrante, podría tener una participación histórica cuando los dos partidos políticos con mayores condiciones de competitividad postulen a dos mujeres como sus candidatas a la gubernatura del Estado de México; lo que podría garantizar tener una primera gobernadora en la entidad, a partir de septiembre de 2023, sin que eso represente que, en realidad, o en la praxis, los partidos políticos estén abriendo mayores espacios para las mujeres.
Hace algunas semanas, las dirigencias de los partidos políticos se comprometieron ante las autoridades gubernamentales y electorales a impulsar gabinetes con paridad de género, a partir del sexenio entrante. Sin embargo, es de llamar la atención que, entre los firmantes, sólo apareció la signatura de una presidenta de partido -en ese caso Martha Guerrero de Morena-; mientras el resto de las dirigencias partidistas son encabezadas por figuras masculinas.
A partir del próximo gobierno, habrá mitad mujeres y mitad hombres en el gabinete; pero la cuestión ya no es el número, sino las posiciones que ocupan, y que sea a partir de aptitudes y habilidades. Y no sólo de cumplir una cifra.
Al interior de la Legislatura del Estado de México, sólo existe una coordinadora parlamentaria, el caso de María Luisa Mendoza, producto de un accidente electoral que le impidió a José Couttolenc repetir como diputado local. Esa ecuación refleja la amplia dominancia de las masculinidades en la política mexiquense. En el entorno de las eventuales candidaturas pasa algo semejante.
Delfina Gómez, virtual candidata de Morena a la gubernatura del Estado de México, se ha reunido con los liderazgos políticos de mayor trascendencia en la vida interna de su partido para solicitarles su apoyo y la unidad. Todos ellos hombres: Higinio Martínez, Juan Hugo de la Rosa, Fernando Vilchis, Raciel Pérez, Pedro Zenteno y Daniel Serrano. Su coordinador de campaña será Horacio Duarte. Las mujeres se ven desplazadas.
En el caso de Alejandra del Moral, su círculo cercano está construido por hombres: Andrés Aguirre, Guillermo Zamacona, Alejandro Abad y Darío Zacarías. Más allá de su entorno, el partido también ha dispuesto de alfiles masculinos en la operación política y electoral: Eric Sevilla, Elías Rescala, Ricardo Aguilar y Alejandro Fernández. Las mujeres fueron parte de una competencia de pantalla.
Durante casi cien años en el ejercicio de poder, el priísmo ha reservado la posición de la gubernatura y de la Secretaría General de Gobierno exclusivamente para hombres. La paridad de género parece mero discurso.
En la acera panista, el análisis es demoledor. El posicionamiento de mujeres entre los panistas, parece reservado a esposas, hijas o hermanas. Vicente Fox promovió a Marta Sahagún como posible sucesora; Felipe Calderón postuló a Margarita Zavala como candidata independiente en 2018; y como su brazo de ejecución de la fallida creación de México Libre; o bien, Enrique Vargas heredó el poder que actualmente ejerce Romina Contreras en Huixquilucan.
El Estado de México está frente a un hecho histórico, ante la posibilidad de contar con su primera gobernadora tras la elección de 2023; sin embargo, esta coyuntura es producto de una obligación legal que ha orillado a los partidos políticos a repensar en la paridad de género, pero no necesariamente al convencimiento de las élites políticas, ni mucho menos por haber construido las condiciones para hacer a sus candidatas más competitivas que los hombres.
En ambos casos, los grandes electores de los partidos -el presidente y el gobernador en turno- construyeron escenarios para impulsar a sus candidatas predilectas, anteponiendo los afectos por encima de sus méritos; e incrustando en su entorno figuras masculinas que dominarán la toma de decisiones.
La tenebra
La paridad de género debe surgir de un cambio de paradigma, desde la formación de cuadros y la competencia interna de los partidos. Hacer leyes a la medida, o gabinetes por consentimiento, sólo tendrá mayores complejidades, y pasará factura con costos políticos y sociales.