Brenda Aguilar Zamora**

Las políticas públicas son acciones, procedimientos y normativas diseñadas para responder a las necesidades de la sociedad. Su objetivo es promover el desarrollo adecuado de municipios, estados y países. Sin embargo, en México surge la pregunta: ¿existe un desarrollo efectivo de estas políticas? ¿Se establece una relación real entre las acciones municipales, estatales y nacionales?

Desafíos en la Implementación

Las políticas públicas son fundamentales para abordar problemas críticos como la pobreza, la desigualdad, la seguridad, la educación, el desarrollo sustentable y el crecimiento económico. Sin embargo, se ha observado que el presupuesto federal destinado a programas sociales ha disminuido de aproximadamente 9.5 a 7.5%. A su vez, la variedad de programas ha pasado de más de 30 a menos de 10, concentrando los apoyos de forma discrecional y directa. Esta falta de seguimiento a los programas demuestra que no existe continuidad en la implementación de políticas que generen bienestar de manera sustentable.

Implementar políticas públicas efectivas en los más de 2,470 municipios de México presenta grandes desafíos. Por ejemplo, en el Estado de México, que cuenta con 125 municipios, surge la interrogante: ¿realmente el CONEVAL mide la efectividad de estas políticas en la generación de bienestar? Las evaluaciones, que se realizan cada dos y cinco años, pueden resultar ineficaces, ya que las políticas y programas pueden variar cada trienio o sexenio, sesgando así los resultados.

Prioridades Municipales

Los municipios deben priorizar y generar políticas cercanas a los ciudadanos, buscando erradicar el rezago en comunidades, pueblos y colonias. Para ello, es vital utilizar instrumentos como consultas y foros abiertos, así como realizar recorridos de campo que permitan identificar la situación real de cada comunidad. Las necesidades deben alinearse al presupuesto municipal, considerando programas enfocados en el medio ambiente, desarrollo social, generación de empleo, seguridad y derechos humanos, entre otros.

Sin embargo, el presupuesto suele ser insuficiente para atender todas estas demandas. Este se compone de tres grandes rubros: participaciones federales, estatales y municipales. Del total, el 58% proviene de participaciones externas, mientras que solo un 32% corresponde a ingresos propios. Esta dependencia limita la capacidad de los municipios para resolver problemas locales.

Impacto de la Disminución de Fondos

En los últimos años, las participaciones federales y estatales han disminuido significativamente, incluso se han eliminado fondos esenciales, como los destinados a la seguridad pública. Esto ha contribuido al aumento de los índices delictivos y ha evidenciado la falta de coordinación entre los tres niveles de gobierno. Asimismo, la eliminación de fondos para la atención de la salud ha dejado a millones de mexicanos sin acceso a medicamentos y tratamientos médicos.

Estas decisiones han transferido la responsabilidad a los municipios y, por ende, a los presidentes municipales, quienes carecen de recursos suficientes no solo para implementar políticas públicas, sino también para llevar a cabo acciones que resuelvan las necesidades ciudadanas.

Conclusión

Es necesario promover foros y trabajos coordinados entre los tres niveles de gobierno, estableciendo posturas claras y presupuestos etiquetados para proyectos que realmente beneficien a la sociedad. La participación de los ciudadanos y autoridades municipales, junto con los gobernadores y la federación, es crucial. Deben crearse mesas de trabajo donde los alcaldes del Estado de México colaboren con los secretarios de estado y la Gobernadora, planteando políticas a largo plazo, con una visión que abarque al menos 30 años. Proyectos de infraestructura, saneamiento y sustentabilidad son vitales para el desarrollo y el bienestar social, y deben ser administrados localmente para garantizar un impacto positivo.