Por Israel Dávila
Desde hace casi dos años, Andrés Manuel López Obrador y los dirigentes de Morena en el estado de México, encabezados por Higinio Martínez y Horacio Duarte Olivares, decidieron que Delfina Gómez fuera candidata al gobierno del estado de México al cumplir un perfil idóneo para abanderar y proclamar el discurso de austeridad y honestidad de este partido.
En junio del año pasado, López Obrador y sus aliados mexiquenses iniciaron una estrategia de posicionamiento de Delfina Gómez para que llegado el momento de las precampañas, no fuera una desconocida, sino al contrario un personaje con alto reconocimiento de la sociedad y de alta competencia electoral.
A mediados del año pasado la nombraron Presidenta de la Soberanía Nacional (PSN) y bajo esta figura Delfina Gómez podría recorrer el estado, darse a conocer a la militancia y acompañar a sus mítines de Andrés Manuel López Obrador.
La estrategia fue altamente efectiva. Para diciembre, un mes antes del inicio de las precampañas. Delfina ya había subido diez puntos en la preferencia electoral y más de 25 en reconocimiento del electorado. Había superado a personajes de otros partidos con mucho más trayectoria política. Delfina sólo lleva seis años en estos asuntos.
Al inicio de este año la ex alcaldesa de Texcoco ya era una contendiente al gobierno mexiquense. Una contrincante limpia y sin fantasmas en el closet, tal y como lo habían diseñado López Obrador, Martínez y Duarte. Y así iniciaron la precampaña.
En su corta vida como partido, Morena se ha caracterizado por ser una organización política que exprime al máximo las leyes. Busca y aprovecha cualquier resquicio legal para tomar ventaja. En el estado cuenta con dos expertos en materia de derecho electoral. Horacio Duarte y Ricardo Moreno. Pocos entienden la ley como ellos.
Para las precampañas, Duarte y Moreno resolvieron que Delfina no podía ser precandidata única de Morena, pues esto le impediría tener acceso a la radio y televisión en tiempos oficiales. Fue entonces que se diseñó el registro de una segunda aspirante a la candidatura: América Rivera, integrante del mismo grupo político al que pertenecen ambos y del que también forma parte Delfina Gómez.
América Rivera se registró para cumplir la formalidad y posibilitar a Delfina Gómez a tener promocionales en radio y televisión, mientras ella se guardó por un tiempo en casa, sin hacer precampaña.
El PAN pronto se dio cuenta del asunto y pidió a la comisión de quejas del Instituto Nacional Electoral (INE) sacar del aire los spots de Delfina Gómez, –donde aparecía acompañada de López Obrador–. Francisco Gárate, representante del PAN ante el INE no solo acusó como una simulación el proceso interno de Morena, sino dijo que se configuraba como un fraude a la ley. La comisión de quejas quitó algunos spots de Delfina por sus contenidos, no por otra cosa.
Después el PAN presentó otro recurso legal ante el Tribunal Electoral del Estado por actos anticipados de campaña de Delfina Gómez. La acusaba de hacer actos públicos –con López Obrador—con mensajes dirigidos a la ciudadanía en general y donde se daban a conocer una plataforma electoral. El tribunal le dio la razón a Acción Nacional, y sancionó a Delfina a Morena económicamente.
Apenas la semana pasada, la comisión de quejas del INE resolvió un tercer recurso contra la precampaña de Delfina Gómez. El INE resolvió retirar del aire todos los spots de la precandidata de Morena, por considerar que incurrió en una sobre exposición, y porque mantenerlos vulneraría la equidad en el proceso interno de Morena, pues la otra precandidata casi no aparece en los promocionales de radio y televisión.
Pese a todo esto, Delfina Gómez será ungida como candidata de Morena el próximo viernes en la Asamblea Estatal. Es muy posible que ahí aparezca la otra precandidata, América Rivera, y lo haga solo para declinar a favor de Delfina.
Pero tanto el PRI como el PAN ya preparan recursos para impugnar el registro oficial de Delfina Gómez como candidata. La acusarían de lo mismo: de anticiparse a hacer campaña y las autoridades electorales le podrían cancelar o negar el registro para contender por el gobierno del estado.
La duda es si Morena ya tiene u plan B en caso de que esto ocurra. La respuesta es sí. Morena podría postular a otro candidato sin problema alguno, –ahí está Horacio Duarte, Ricardo Moreno, o el propio Higinio Martínez, quien el 3 de marzo solicitará licencia al cargo para ser el coordinador de campaña de Delfina Gómez—.
A Morena le conviene que lo sigan atacando, que le descalifiquen a su candidata, pues así, cobraría vigencia el discurso de que la mafia del poder está haciendo todo lo posible para no perder el estado de México y luego la presidencia de la república.
Veremos ahora que estrategia siguen los PAN y PRI, pues Morena sigue en ascenso y un ataque de este tipo buscando descalificar a Delfina Gómez, puede causar más beneficio que perjuicio a los objetivos de Morena y López Obrador para el estado de México.
