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Ecléctica

¿Ya está definida?

Por Israel Dávila

 

Qué tanto podrá variar el escenario en la contienda presidencial en los próximos 80 días que faltan para la jornada electoral  del primero de julio, cuando en los últimos cuatro meses prácticamente las preferencias no se han movido significativamente.

Ni los más optimistas del PRI pintaban un escenario tan favorable para su candidato.

Los medios han dejado de sobredimensionar sus errores y estos han disminuido considerablemente. Su equipo ha conseguido disminuirle los riesgos y sus contrincantes han sido incapaces en explotar sus debilidades.

Las criticas sustentadas y las no tanto que hay sobre su desempeño, simplemente se le resbalan.  Sin embargo, aún parece vulnerable y tiene flancos abiertos que le pueden perjudicar.

El PAN no ha podido tener peor arranque. La candidata y el partido han expuesto sus flaquezas.  Las pifias y los escándalos han ido de la mano en esta campaña. En efecto, los medios han contribuido a estos días negros y para el olvido amplificando los errores cometidos.

En una campaña tan corta, de poco más de 90 días, han perdido diez muy valiosos. Se habla de un replanteamiento de la campaña. Se avizora que endurecerán el discurso y recurrirán a la guerra sucia que tal vez puede ser contraproducente.

Necesitan algo verdaderamente extraordinario e innovador para sobreponerse y a la fecha no hay visos de que esto pueda ocurrir.

En la izquierda, el abanderado avanza a paso lento. Muy lento para meterse de lleno en la contienda. A pesar del esfuerzo que ha hecho para deshacerse del estigma que le crearon —y  al que contribuyó con sus conductas— tras la elección del 2006, no logra despertar el interés del grueso del electorado.

El discurso del “cambio” y “la esperanza” lucen ajenos y poco viables cuando quien lo pronuncia tiene posibilidades remotas de triunfo. Pese a ello, camina y de mantenerse con paso constante puede arrebatar el segundo lugar en unas semanas.

La cantidad de indecisos es alta. Ese es el argumento fundamental del PAN y de la izquierda para no dar por perdida la batalla. Son millones de votantes los que están juego, pero difícilmente todos ellos podrán decantarse por solo uno de ellos.

Falta mucho camino por recorrer y muchas cosas por suceder. El primer debate promete ser crucial para el rumbo que tomen las elecciones. Veremos los efectos de la guerra sucia y el impacto de las redes sociales en los comicios.

A 80 días, ¿alguien se atreve a decir que la contienda ya está definida?

 

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