Todos ganan Por Israel Dávila
De manera sorprendente, por lo poco inusual y civilizado, fue resuelto el asunto de la candidatura presidencial de la izquierda mexicana. Lejos de lo que se preveía, los dos actores principales de la izquierda lograron llegar a un acuerdo político para definir al abanderado presidencial y definir la construcción de las candidaturas al resto de cargos de elección popular.
Las encuestas eran un mero trámite, como lo será el proceso interno de selección de candidato que defina el PRD-PT y Movimiento Ciudadano, para permitir que el tabasqueño pueda hacer precampaña y así aparecer en medios de comunicación, principalmente durante enero y febrero.
Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard dieron muestras de que son políticos profesionales y que han aprendido de las decenas de derrotas que la ruptura y el conflicto interno han provocado a la muy lastimada izquierda en este país.
Con la decisión tomada ayer de impulsar la candidatura de López Obrador a la presidencia y la declinación de Marcelo Ebrard ganan todos. Lo hace el tabasqueño, el jefe de gobierno capitalino, el PRD, el PT, Movimiento Ciudadano y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena); ganan las tribus, ganan “los chuchos”, “los bejaranos”, los simpatizantes de la izquierda y los que no lo son, simplemente porque ayer se mostró que se puede hacer política de diferente manera.
En principio gana la izquierda, porque si se mantienen unidos, como fue el compromiso ayer y trabajan sin simulaciones, podrán convertirse en opción real para los ciudadanos y serán competitivos en la elección.
Gana Andrés Manuel por obvias razones. Pues trabajó durante seis años para lograr este objetivo. A pesar de tener casi un pie fuera del PRD logró, por fuerza propia, opacar a cualquier otro aspirante del sol azteca a la presidencia.
Gana Marcelo Ebrard, porque hacía el exterior muestra grandeza política, al haber antepuesto el interés social al personal, y al interior, porque se asume como el nuevo líder moral de la izquierda por los próximos seis años.
Además Ebrard podrá asumirse como la nueva figura progresista del país, ya que si gana Andrés Manuel la elección, él podrá, desde el Senado, si así lo decide, darle gobernabilidad al país, siendo interlocutor con otras fuerzas políticas, y si gana el PRI o el PAN, la buena relación que tiene con actores de esos partidos también le permitirán asumirse como el principal interlocutor de la izquierda para lograr acuerdos que logren la transformación del país.
Gana el PRD por la sencilla razón de que no hubo rompimiento y eso para el sol azteca es bastante. Gana el PT y Movimiento Ciudadano porque ganó la figura a quien le apostaron los últimos seis años y de una u otra forma, tienen garantizado su permanencia política..
Gana el Morena, porque este movimiento social tomará notoriedad y protagonismo durante la campaña y podrá ser fundamental para el resultado de la elección. Varios de sus integrantes que no tienen militancia partidista, también podrán acceder a cargos de elección popular a través de las candidaturas que les conceda la coalición de izquierda.
Ganan las tribus del PRD porque ya tienen garantizado el acceso a las candidaturas a los cargos de elección popular. A diferencia de otras ocasiones, hoy el pastel, se repartirá entre todos.
Ganan “Los Chuchos”, porque seguirán dominando al partido, y sus principales personajes serán figuras en la próxima legislatura federal y el Senado. Ganan “Los Bejaranos”, porque la candidatura de Andrés Manuel les darán espacios que sin él no podrían tener al interior del PRD, pero sobre todo, porque se anula la posibilidad de la alianza PAN-PRD que pretendían impulsar los dirigentes del partido.
Incluso gana el PRI y Enrique Peña Nieto , quien ve a López Obrador el candidato más cómodo para la elección presidencial del próximo año. Y hasta Cordero, quien teóricamente sería el sacrificado por el presidente Calderón para entregarle la candidatura a Marcelo Ebrard para encabezar una coalición PAN-PRD.