Protagonistas
Por Israel Dávila
En el mes y medio que llevamos de campaña electoral, los jóvenes han asumido un rol estelar en la contienda. No sólo por su postura crítica hacia los candidatos a la presidencia y a la clase política en general, sino por su activa participación en redes sociales, que han obligado a los equipos de campaña a modificar discursos.
Hoy, las redes sociales, donde interactúan en su mayoría jóvenes, han sido capaces de imponer agenda en el proceso electoral. Lo que se difunde en Facebook, Twitter y YouTube, ya no es ajeno a los candidatos y la clase política. Se han convertido en herramientas fundamentales para simpatizantes y críticos de los aspirantes presidenciales.
Lo acontecido en las universidades durante esta campaña ha sido lo más relevante. El recibimiento que logró tener Andrés Manuel López Obrador en el Tec de Monterrey o en la Universidad Iberoamericana, no dejó de sorprender. Tampoco las preguntas críticas e inteligentes que le hicieron.
El foro más difícil que ha enfrentado el priísta Enrique Peña Nieto en campaña ha sido precisamente el pasado viernes en la Universidad Iberoamericana. Ahí, no sólo recibió insultos y críticas a su actuar como gobernador y como militante del PRI, sino fue sometido a cuestionamientos agudos de la concurrencia.
Josefina Vázquez Mota también se ha sometido al escrutinio de los jóvenes. En un foro del Tec de Monterrey fue increpada por alumnos por la violencia desatada por el gobierno panista de Felipe Calderón; en la Anáhuac cometió el desliz de criticar su alma mater, la Iberoamericana y esta semana en La Salle, fue obligada a responder a temas polémicos para un partido conservador como el suyo: la unión de personas del mismo sexo, el aborto y la legalización de las drogas.
Qué decir de Gabriel Quadri, quien fue exhibido por alumnos de la escuela de periodismo Carlos Septién, la semana pasada, o por alumnos de la Universidad Autónoma de Querétaro, quienes le cuestionaron su cercanía con Elba Esther y lo interrumpieron con porras a favor de López Obrador.
La participación de los jóvenes en las elecciones ha sido escasa en México. En el más reciente proceso electoral federal de 2009, el segmento del 25 a 29 años, fue el que menor porcentaje de participación tuvo con el 34.5 por ciento, es decir, que no votaron 7 de cada 10 jóvenes de este segmento de edad. La participación de los jóvenes de 20 a 24 años, no fue mucho mejor, porque apenas votaron el 35.4 por ciento. Hubo más interés en aquellos que votaron por primera ocasión, con porcentajes cercanos de 45 por ciento.
Para esta elección, serán poco más de tres millones de jóvenes los que tendrán oportunidad de votar por primera ocasión. Y de los 79 millones y medio de personas que integran el listado nominal de electores, 23 millones, (casi el 30%) tienen menos de 30 años. Su participación puede ser fundamental y definitoria en el rumbo que tomen las elecciones.
Lo sucedido en las universidades, es un reflejo de que la juventud mexicana está más informada, por el acceso a nuevas tecnologías, y esto despierta el interés de participación en muchos sentidos. Ejemplos de cómo los jóvenes pueden asumirse como agentes de cambio hay muchos en la actualidad. Tienen la primera árabe del año pasado que derrocó a varios regímenes; o bien, el movimiento de los indignados en España, que ha puesto en jaque a las autoridades por la toma de decisiones de la política económica.
Ojalá que los episodios entre los candidatos a la presidencia y la comunidad universitaria en varios puntos del país no queden como una anécdota de esta campaña electoral. Ojalá y sea real el interés que se percibe de los jóvenes en este proceso y por fin decidan a jugar un papel determinante en el desarrollo de estas elecciones. Ojalá y los jóvenes se alejen de la apatía y se asuman como un agente de cambio que requiere el país urgentemente.