Ecléctica

Las últimas horas

Por Israel Dávila

Nada bien le han sentado los últimos días a  Alfredo Castillo Cervantes, procurador de justicia del estado de México. Disputas internas, diferencias con integrantes del gabinete, complicaciones en casos de alto impacto y pifias del personal de la procuraduría lo han puesto en la mira del gobernador Eruviel Ávila.

Primero fue la liberación del ex director de inteligencia de la policía municipal de Toluca, Germán Reyes Munguía , a quien presentaron como cabeza de la organización La Familia Michoacana en el valle de Toluca, bajo la denominación de “El M1”.

Este sujeto habría pisado solo unas horas la cárcel para salir inmediatamente por un amparo que le concedió la justicia federal. De acuerdo con reportes periodísticos, a l salir de prisión, la Procuraduría General de la República, lo habría detenido para  integrarlo al programa de testigos protegidos.

Luego vino el caso de Chalco. El expediente de Oscar Vianey Vargas Medina presentado a los medios como el autor material del linchamiento de tres jóvenes en el poblado de san Mateo Huitzilzilgo, no pudo ser soportado ante el juez de control, quien ante las deficiencias en la integración de la carpeta de investigación, tuvo que reclasificar el delito, y otorgó  al ministerio público seis meses para aportar pruebas que sustenten la acusación, de lo contrario saldría en libertad.

Posteriormente se presentó  el linchamiento en el mercado San Juan de un ladrón conocido en Nezahualcóyotl, que se dedicaba a extorsionar y asaltar a comercios de todo tipo en la región.  Primero el secretario de Seguridad Ciudadana, Salvador Neme reconoció que la muerte de esta persona fue producto de un linchamiento y horas después el procurador negó la versión y dijo que se trataba de un doble homicidio.

La versiones oficiales de lo ocurrido en el mercado de San Juan eran encontradas y exhibían la mala relación que existe entre el procurador y el secretario de seguridad desde hace varios meses.

Se dio el despido del responsable del área de comunicación social  César Díaz, quien llegó a la procuraduría de la mano de Salvador Neme cuando era subprocurador general. Existen versiones de que Díaz fue víctima de la disputa entre ambos funcionarios.

Apenas el sábado pasado, el gobernador realizó  una visita “sorpresa” al centro de atención de la Procuraduría en Lerma. Se confirmó el diagnóstico. Acudir al ministerio público es un viacrucis para los mexiquenses. Eruviel Ávila no salió nada contento con la visita.

Y finalmente el lunes, sin pretenderlo, el procurador del DF, Jesús Rodríguez Almeida, desató un escándalo por la detención de un “feminicida serial” apodado “El Coqueto” que operaba en el valle de México. Mientras las autoridades capitalinas presumían la captura de este sujeto, en la entidad, se tronaban los dedos porque horas antes se les había fugado de unas oficinas de la subprocuraduría de Tlalnepantla.

El sujeto fue detenido desde el jueves en su casa, sin orden judicial. Lo mantuvieron retenido durante cuatro días. En ese periodo no lo quisieron consignar porque esto implicaba ingresarlo inmediatamente a un penal,  y no les darían la oportunidad de poder presentarlo a los medios.

La fuga de “El coqueto” puso la cereza en el pastel de Castillo Cervantes. Quedó al descubierto la forma irregular del actuar de la Procuraduría.

Hoy más que nunca, la cabeza de Castillo Cervantes pende de un hilo.  Su desempeño en las últimas horas pueden precipitar su salida. En la oficina de Lerdo ya existen expedientes de posibles sustitutos. El más viable sería el hijo de un ex general de la  Secretaría de la Defensa Nacional.

 

Comentarios

comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *