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OFF THE RECORD 11-07-2022

Toluca, Edomex; 11 de julio de 2022.- Mientras unos exgobernadores se aglutinan para pedir la renuncia del dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno; hay otros exmandatarios -del prianismo– que se reúnen para buscar la fórmula que permita elegir un candidato presidencial de unidad opositora. Resulta sustancial que, en ese grupo compacto, aparecen dos mexiquenses: Arturo Montiel y Emilio Chuayffet, con la antesala del Estado de México en las elecciones de 2023, y la todavía indefinición por tener un candidato para su partido.

Montiel y Chuayffet mantienen intereses intactos en el ejercicio del poder público de la entidad mexiquense. Tienen incidencia empresarial y ascendencia política. Sus grupos, aunque mermados, han permanecido vigentes en los últimos veinte años. De Arturo apenas se distingue a Ana Lilia, Sámano, Iriarte y Gustavo Cárdenas. De Emilio, el más avezado fue recientemente renunciado, Nemer.

Aunque siempre con diferencias políticas manifiestas, el punto de encuentro es la gubernatura del Estado de México. Ambos tuvieron el sueño presidencial, pero el desgaste del poder, la matanza de Acteal y la fortuna personal, se los impidió.

A la distancia, conservar el bastión mexiquense como priísta, resulta la única aspiración para la cual dedicar sus esfuerzos humanos, financieros y materiales.

La gran incógnita es, cómo incluirá el delmacismo la operación política de los exgobernadores en el más complejo desafío electoral, quienes expresan en lo privado haber sido excluidos de cualquier diálogo, consejo o toma de decisiones.

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Morena decidió adelantar los tiempos electorales de 2023. De un listado de 67 aspirantes saldrá el candidato a la gubernatura morenista. Con posibilidades reales no hay más de ocho: Delfina, Horacio, Higinio, Mariela, Zenteno, Vilchis, Juan Hugo y Xóchitl. El resto, como lo ha dicho Andrés Manuel, sólo se han inscrito para tenerlo en su currículum; para su anecdotario personal.

Lo que ha conseguido el morenismo es que, la agenda pública sea dominada por el proceso interno de su partido. En los siguientes dos meses, se realizarán las encuestas, lo que por sí mismo, generará una alta expectativa en la agenda mediática. En ese periodo, vendrán más espectaculares, más bardas y más grabaciones mediante llamadas telefónicas para saturar de nombres y más nombres de los aspirantes que pretenden calificar a la encuesta final.

Muy probablemente, a partir de septiembre, se tendrá definido al candidato a la gubernatura con una alta expectativa de posicionamiento por los próximos nueve meses, hacia las elecciones de junio del año entrante.

Y mientras tanto, en la oposición, mantienen sus propias resistencias para construir una alianza electoral, y los aspirantes a la candidatura tienen una soterrada pugna que se ha comenzado a divisar en distintas publicaciones, en las que se manifiesta un desgaste para los posibles contendientes.

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